Fueron momentos muy duros. Severiano Ballesteros, el genial cántabro que impulsó el golf moderno, se debatía entre la vida y muerte; y uno de sus últimos diseños, Golf Santa Marina, comenzaba a flaquear. Seve murió el 7 de mayo de 2011, un año después Golf Santa Marina presentaba muchos problemas económicos y por fin echó el cierre el 1 de enero de 2013. Y así permaneció durante seis meses. La montaña reclamaba su terreno y greenes y tees desaparecían entre la espesura de los prados que en 2001 consiguiera domeñar Seve Ballesteros, creando un diseño genial, como todo lo que hacía el pedreñero.
El lugar donde se encuentra ubicado es un paraíso natural, situado en los límites del Parque Natural de Oyambre. Desde el campo se pueden contemplar las cumbres de los Picos de Europa, los bosques de la Reserva Nacional de Caza del Saja y el mar Cantábrico. La finca tiene una extensión de un millón de metros cuadrados frente al mar, donde se integran praderías, riachuelos, pequeños bosques autóctonos de alisos, castaños, robles, laureles, abedules o avellanos. En el mismo espacio se encuentran elementos arquitectónicos que evidencian su antiguo uso como son tres antiguos molinos de agua, una casona montañesa del siglo XVI y una capilla del siglo XVII.
“He jugado en muchos campos y, con objetividad, no conozco ninguno que cuente con unos pares 3 a la altura de los existentes en Santa Marina. Por otra parte, los pares 5 no son complicados, salvo el 18 donde hay que pensar la estrategia más adecuada. Los pares 4 son también muy completos, variados y muy equilibrados. Estoy muy satisfecho de la obra realizada. Es un recorrido natural, donde se ha intentado lograr poner en juego todas las particularidades y elementos naturales de la finca”, explicaba Seve Ballesteros el 22 de diciembre de 200.
Pero el milagro llegó el 15 de julio de 2013, casi para la Virgen del Carmen, cuando se creó la Asociación de Amigos de Santa Marina, que hoy ya suma más de 600 socios. “Se pidieron los permisos necesarios para que algunos socios pudieran llevar la gestión del club y, con nuestros propios medios, poder trabajar el terreno y recuperar el campo. Los greenes y los Tees se perdieron completamente, eran puro monte y hubo que recuperarlos totalmente”, explica Mariano Saiz, director del Golf de Santa Marina, que con poca maquinaria, poca gente y muchas ganas han vuelto a recuperar un diseño único.
“El que el Campeonato de España de la PGA eligiera nuestro campo el año pasado fue como dar un golpe de mano en la mesa y decir bien alto que nosotros podemos, y lo hicimos. Los operarios dieron el do de pecho y se dejaron el alma para que el campo estuviera perfecto. El público respondió, los jugadores se quedaron boquiabiertos, tuvo una repercusión mediática muy importante que tenemos que agradecer a la Asociación de Profesionales de Golf de España que se volcó con nosotros y eso nos dio un gran impulso de cara a la gestión, seria y clara; demostramos que se podían hacer las cosas bien en Santa Marina”, cuenta Mariano.
La afición cántabra se volcó con Golf Santa Marina la pasada edición durante la celebración del Campeonato de España PGA-Premio Liébana 2017. “Cantabria siempre ha tenido mucha cultura de golf y siempre el público ha respondido muy bien; es afín al golf. Y en eso tuvo mucho que ver Seve Ballesteros”, explica Saíz, que este año espera que se superen las expectativas del año pasado. “El año pasado tuvimos el extra de la presencia de José María Olazábal, que arrastró mucha gente. Este año, José Mari no se encuentra bien para jugar, sin embargo de field de jugadores es muy potente, con grandes figuras del panorama nacional y grandes campeones. Nuestro objetivo es que Golf Santa Marina se ubique en Cantabria como Destino de Golf y que traspase nuestras fronteras”. Seguro que a Seve le hubiera encantado este milagro.
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