Las Fall Series de 2010 fueron para muchos el complemento perfecto a una temporada en el PGA Tour escasa de momentos estelares. Los cinco torneos, cuatro este año, de las series de otoño dieron momentos de tensión y emoción impagables que incluyeron un hoyo en 1 de Jonathan Byrd en el Justin Timberlake para imponerse en un playoff de tres hombres.
Además de ver a los profesionales luchar por mantener su tarjeta para la temporada que viene en el PGA Tour, las Fall Series han demostrado tener la capacidad de tocar con una varita mágica a sus ganadores. En más de una ocasión, han supuesto un antes y un después en las carreras de estrellas actuales. Dustin Johnson obtuvo su primera victoria en 2008 (Turning Stone), Matt Kuchar rompió una sequía de 7 años sin levantar trofeos en 2009 (Turning Stone) y al año siguiente Bill Haas, que se sigue planteando qué hacer con los 11,4 millones ganados en el Tour Championship, ganó (Viking Classic) y quedó segundo en estos torneos.
No es difícil imaginarnos a Kevin Na leyendo esta lista con una sonrisa en la boca antes de que hoy busque su primera victoria en el partido estelar del Justin Timberlake Shriners Hospitals for Children. Tras entregar ayer una tarjeta de 5 golpes bajo par, compartirá resultado y partido (-17) junto a Nick Watney y Robert Garrigus (-16).
Na ya sabe qué se siente al estar en el partido estelar, pero aún no ha ganado. Con 28 top ten en su haber, lleva tres vueltas notables en el TPC Summerlin con unas destacadas estadísticas en los greenes. Repasando su tarjeta, que incluía cinco birdies y un bogey en los nueve primeros, el estadounidense admitía haberse hecho ilusiones a mitad de recorrido. «Me pareció que podía hacer un resultado muy bajo con algunos birdies más en los nueve últimos, pero bajé el acelerador y fallé un par de putts muy cortos. Aun así, estoy encantado con el -5», explicaba.
Pese a la brillantez de su juego y los buenos golpes que dio, Na acaparó comentarios por un golpe que no llegó a ejecutar. En la salida del hoyo 15, cuyo green puede alcanzarse desde el tee, no le convenció algo en la transferencia de su peso al ejecutar del swing y falló intencionadamente el golpe, pasando la cabeza del driver por encima de la bola (algo que ya ha hecho anteriormente en otros torneos).
«Empecé a hacerlo en el Sony Open de Hawai hace un par de años, a causa de mi lesión en el brazo, y se ha convertido en una costumbre. Avisé a los árbitros de que lo hago continuamente, charlamos y me dijeron que no pasaba nada mientras que no hiciera contacto con la bola», contaba Na.
Mejor fue la tarjeta presentada por Nick Watney (64) para empatar con Na en lo alto de la tabla. Tras el World Golf Championships-Cadillac Championship de marzo y el AT&T National en julio, Watney quiere ganar en casa para quitarse el mal sabor de boca de los playoffs de la FedEX Cup.
Ha jugado siete torneos en las últimas nueve semanas, incluidos los cuatro playoffs en los que cayó del número 1 al 9º de la lista FedEx. ¿Frustración? No para Watney. «No me hubiera ayudado para nada», argumentaba.
Ayer en el Justin Timberlake, volvió a dar otra lección sobre cómo afrontar los errores. Después de tener que conformarse con el par en el sencillo hoyo 15, lejos de lamentarse, acabó los tres últimos hoyos con tres birdies. «Si me hubiera sentido un poco frustrado por fallar ese birdie, tal vez no hubiera tenido ese gran final».
Acompañando a Watney y Na, tenemos a otro jugador que ya sabe qué tipo de puertas abre una victoria en las Fall Series como Robert Garrigus. Saldrá a un golpe de los líderes con -16 tras un 63 en la tercera jornada que incuyó un comienzo con cuatro birdies.
Fuera del partido estelar, Kris Blanks (-16), Tommy Gainey (-15), Paul Goydos (-15) y Tim Herron (-15) supondrán el mayor peligro para los líderes.
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