Mike Belindo es periodista, comunicador, torbellino en las redes sociales y artista multidisciplinar, un quijote que esquiva cualquier clasificación y ha cumplido su sueño de viajar a la Ryder Cup 2012. Desde Medinah y alrededores, Mike nos irá contando día a día los avatares de su viaje y nos tendrá puntualmente informados de todo lo que acontezca en esta semana mágica. Y si una vez leídos sus artículos en Crónica Golf os quedáis con ganas de más, no dejéis de seguir su cuenta de Twitter, @mikebelindo.
Conforme avanza la semana y llegan los días de competición, la efervescencia, la tensión y un ritmo distinto de las cosas empiezan a notarse de manera generalizada por todo Medinah. Las pachangas de los famosos dan paso a las rondas de prácticas de ambos equipos, los jugadores estiran sus ratos en el range hasta última hora de la tarde, y las avalanchas de aficionados empiezan a ser más que notorias alrededor de los greenes de esa maravilloso golf course que es el campo 3.
Hoy tocaba salir a dar una vuelta de reconocimiento, y si a estas alturas de la película los gritos de USA, USA, USA empiezan a oírse de calle a calle con el paso de los jugadores en sus entrenos, madre mía, no quiero ni pensar qué es lo que nos espera a los europeos en los días venideros, especialmente el domingo cuando, como es de suponer, las espadas (más bien, drives, wedges y putts) estén en todo lo alto.
Sin embargo, eso es lo que mola: público apretujado siguiendo partidas, banderas, banderones, banderitas y gorras de las barras y estrellas por aquí y por allá, y todo el engranaje del show business del PGA dispuesto a sacar rendimiento económico a esa maquinaria de mover dólares que tan bien tiene engrasada y que a cualquier europeo, especialmente español, le hace los ojos chiribitas viendo la que está cayendo en nuestro viejo continente.
Es una pasada ver cómo crecen carpas como setas a lo largo del recorrido de Medinah, desde las más grandes y oficiales de los sponsors principales a los inumerables chiringuitos de bebidas frías, perritos calientes y barbacoas que se encuentran diseminados por cualquier esquina de este enorme circo. La cuestión es vender y generar movimiento económico, y convertir la Ryder en un verdadero ritual cuando te acercas a las zonas sensibles de gasto como el Golf Shop. Resulta asombroso comprobar cómo todo el mundo sale con las bolsas llenas de artículos de la Ryder, cómo todas las marcas tienen acuerdos de licenciamiento de los productos con el escudo de la competición y cómo la media de venta por cada persona que accede al centro de prensa no bajará de los 200 pavos, algo que puede resultar lógico dada la magnitud del evento, pero que, para los que vivimos en un país sacudido por la crisis, resulta cuanto menos llamativo.
Por último, aquí tenéis las anteriores entradas del diario de la #RyderBelindo.
Sweet home, Chicago
Primeros encuentros, primeras alegrías
1 comentario a “Se empieza a mascar la tensión”
jajaja las masas gritando yu es ey … veremos cuanto les dura 4 ryder de las últimas 5 y el domingo serán 5 de 6 …. al tiempo
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