En la segunda jornada del Crowne Plaza Invitational at Colonial, por quinta vez esta temporada, una vuelta de Sergio García quedaba dinamitada por un resultado atípico para un jugador profesional, un cuádruple bogey en el hoyo 9 que le alejaba de la lucha por el título en el escenario de su primer título como profesional en el PGA Tour.
Al infausto 8 de Colonial hay que sumar el 7 (triple bogey) en el 18 de Doral en la primera vuelta del Cadillac Championship o el 12 del hoyo 3 del Blue Monster en este mismo torneo; el 8 (cuádruple bogey) del hoyo 13 en la cuarta jornada del Arnold Palmer Invitational; o el 8 (también cuádruple bogey) en el hoyo 4 del TPC Sawgrass en la cuarta vuelta del The Players Championship. En total, cinco resultados anómalos que se convierten en preocupantes si tenemos en cuenta que Sergio García solo ha disputado siete torneos en el PGA Tour.
Pero convertir la anomalía en tendencia es un ejercicio aventurado cuando entran en juego otros muchos factores… y más en el golf, en el que habitualmente se transita en ese territorio neblinoso en el que lo anímico se mezcla con lo técnico.
2012 comenzaba como un año con grandes expectativas para el jugador de Borriol gracias a su final de temporada 2011 excepcional con dos triunfos consecutivos en Valderrama y Castellón. La gira del desierto del European Tour, con un decimosegundo puesto en Abu Dhabi y un quinto en Qatar, servía para asentar la idea de que Sergio era el jugador más en forma del momento. Poco después, la primera incursión en el PGA Tour era halagüeña, con una cuarta vuelta estelar en el Northern Trust Open y un cuarto puesto final… pero llegaron los primeros reveses: eliminación a primeras de cambio en un Accenture Match Play Championship al que llegaba como favorito y revolcón en el Cadillac Championship.
A partir de ahí, y aunque no ha fallado un solo corte en toda la temporada, al juego de Sergio le ha faltado algo de lustre y las cornadas que ha ido sufriendo en los distintos campos han ido haciendo mella en su moral. Las declaraciones que realizó después del Masters o el tono general de sus palabras a lo largo del Volvo World Match Play Championship, entre frustrado y resignado, hicieron que saltaran todas las alarmas y nos retrotrajeron a aquel PGA Championship de 2010 que sirvió de preludio al descanso que se tomó el castellonense.
Pese al lenguaje corporal o a los reveses en el campo, Sergio García parece lejos del nivel de hastío que le llevó a abandonar el golf durante dos meses el año pasado. De momento ha decidido cambiar de compañero de viaje y se ha separado de su caddie de toda la vida, Glenn Murray, para contratar los servicios de Gary Matthews, excaddie de Camilo Villegas y que ya estuvo con el de Borriol en 2009. Ya sea como revulsivo o ejercicio de limpieza mental, está claro que Sergio intenta buscar soluciones.
Y como la psicología a distancia es un ejercicio fútil, quizá debamos contraponer las sensaciones a las frías estadísticas para buscar algún tipo de explicación al rendimiento de Sergio García en el PGA Tour.
Hay algunos datos esclarecedores y hasta cierto punto esperados: Sergio sigue siendo uno de los mejores desde el tee de salida, 35º en la estadística de “total driving” que aúna la distancia y la precisión en los primeros golpes, mientras que mantiene una posición más que decente en los tiros a green (52º en el porcentaje de greenes en regularidad).
Con respecto al putter, su habitual caballo de batalla, es trigésimo octavo en la estadística de golpes ganados con el putt y sobresale en una estadística muy significativa, ya que es quinto entre todos los jugadores del PGA Tour a la hora de evitar los tres putts en los greenes.
Entonces, ¿dónde está el problema? Para empezar, hablamos de problema relativo, ya que no debemos olvidar que Sergio García no ha fallado ni un solo corte en los siete torneos que ha jugado en Europa y Estados Unidos (no contamos las dos pruebas match-play y el Cadillac Championship, torneo sin corte). Pero el nivel que se exige al golfista de Borriol, considerado uno de los mejores “ball strikers” del planeta, nos invita a rebuscar en las cifras en busca de posibles explicaciones.
Y para empezar sorprende la estadística de “scrambling” o recuperación (hacer par o mejor cuando no se alcanza el green), en la que ocupa la posición 165ª en el PGA Tour, sobre todo porque a Sergio García siempre se le ha conocido por su habilidad alrededor de los greenes. A esta cifra se le suma su escasa efectividad desde la arena, con un 44% de recuperaciones desde los búnkeres (142º puesto en el global) y, sobre todo, sus malos números en las distancias decisivas a la hora de tirar a green: solo es el 176º en el porcentaje de greenes cogidos en las distancias que van de las 75 a las 100 yardas (68 a 90 metros, aproximadamente), y 111º en esa misma estadística desde 100 a 125 yardas (91 a 115 metros).
Es decir, en distancias decisivas y supuestamente accesibles para los jugadores de élite (menos de 115 metros), Sergio García está fallando casi el 30% de los greenes, y a esta cifra hay que sumarle su escasa efectividad a la hora de recuperar desde los búnkeres o los alrededores del green.
Y sobre los tapetes verdes Sergio está demostrando un carácter bipolar: es letal a la hora de evitar los tripateos o de embocar putts de menos de metro y medio (5º en ambas estadísticas), pero su eficacia se diluye en cuanto los putts se alargan (119º con putts de 3 a 5 metros y 185º desde 5 a 8 metros).
Al margen de sensaciones y gestos, dejando a un lado las cuestiones emocionales (que solo conoce el interesado), y sabedores de que la muestra de datos es limitada y hay que ser prudentes con las conclusiones de este ligero análisis a vuelapluma, solo con que Sergio se acercara a sus cifras de recuperación del año pasado y mejorara levemente en sus tiros a green el salto cualitativo sería sustancial.
Por suerte, el golfista de Borriol tiene por delante casi todas las citas importantes de esta temporada y aún puede conseguir que el año 2012, que hasta la fecha ha sido complicado, termine siendo memorable.
5 comentarios a “Sergio García, anomalía o tendencia”
Aunque sea una analisis a «vuelapluma» como comentas , siguiendole por el Shottraker , se aprecia perfectamente todo esto.
Sobre todo los tiros cortos a green , otros jugadores Top son letales en esas medidas y Sergio deja escapar muchas oportunidades.
Por lo demas el año de su miniretiro fue 2010 , no 2011.
Saludos
Muchas gracias por el comentario, Toni. Ya he hecho la corrección del año del retiro (lapsus «teclae»).
Un abrazo
Óscar
Me encantaría que Sergio volviera a ganar Torneos y por supuesto ganase uno grande pero a pesar de ser seguidora cada vez me quema más su actitud. Todos sabemos que en golf la actitud lo es todo.
Torneo tras torneo reseteo y vuevo a verle jugar con ganas pero tanta desilusión junta acaba con todo
Beatriz García
http://www.golfymoda.com
Óscar, un buen análisis para apreciar dónde están las claves de la temporada de Sergio García.
Muy buen análisis Oscar, a mi me pasa un poco como a Bea, estoy un poco cansada de verle con esta actitud, al final piensas «oye chico si no te apetece jugar pues no juegues, pero tienes a mucha gente detrás ilusionada y eres un poco ejemplo muchos chavales que están bregando duro para poder llegar donde tu has llegado.»
Si lo que quería era ganar pasta, ya lo ha logrado.
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