El secreto peor guardado de este Open Championship era el velado favoritismo de Sergio García. No había que ejercer de augur ni de iluminado para saber que el castellonense llegaba en inmejorables condiciones al tercer major de la temporada, solo a falta de un triunfo que certificara su magnífico estado de forma.
Cuatro días después, Sergio ha respondido sobradamente a estas expectativas iniciales y ha conseguido un noveno puesto que le devuelve a la élite mundial, y no solo en el aspecto numérico. El de Borriol exhibe garra, juega con ilusión, está centrado y vuelve a divertirse en el campo, y todo esto se refleja en las clasificaciones.
Su comienzo explosivo del primer tramo de la vuelta (iba -4 en siete hoyos) ha sido el fiel reflejo de todo lo anterior, pero casi tan importante como su gran inicio ha sido su capacidad de recuperación después del doble bogey que ha encajado en el 8.
“Siempre te planteas que habría podido pasar, sobre todo después de ir -4 después de siete hoyos, pero el campo estaba muy complicado y lo del 8 me podría haber ocurrido en cualquier momento”.
Sergio ha disfrutado al máximo de su experiencia en el Open, su torneo preferido, y del trato que le ha dispensado el entendido público británico.
“Por este tipo de campos, por este público que me aplaude en cada tee, en cada green… por todo esto, el Open es mi torneo favorito. Los ‘grandes’ siempre son difíciles de jugar pero me encanta jugarlos.”
Y también ha tenido un momento para acordarse de su bache del año pasado, aunque ahora que ha recuperado la ilusión por jugar al golf.
“El golf a veces te pone en tu sitio y yo de todos esos malos momentos he aprendido mucho.”
Sergio ha firmado en la última vuelta tantos birdies como en la suma de los tres días anteriores (con un final magnífico, restándole golpes al par en el 16 y el 18) y ha acabado en novena posición, a siete golpes de Clarke y con la mejor vuelta del día (-2). Con este resultado, Sergio se mete en el puesto 47 del mundo y disputará en el próximo PGA Championship su quincuagésimo grande consecutivo, la racha más larga de todos los golfistas en activo.
Miguel Ángel Jiménez salía quinto, a cuatro golpes de Darren Clarke y con todas las opciones, y quizá verse tan cerca haya sido su perdición, como él mismo reconocía.
“Empecé ansioso, con ganas de acercarme a los puestos de cabeza y es justo eso lo que no se debe hacer. Me equivoqué. Pero aún así, no me abandoné, lo único es que no he tenido más posibilidades de birdies.”
Después sufrir un duro castigo en el difícil hoyo 4 (triple bogey), Miguel Ángel ha seguido luchando hasta el final, aunque Royal St. George’s ha sido cualquier cosa menos hospitalario con el jugador de Churriana. Su 78 final le ha dejado en el vigésimo quinto puesto, aunque la victoria de Darren Clarke le ha dejado con buen sabor de boca y ha sido uno de los primeros que se ha acercado a abrazarle justo a la entrada de la caseta de entrega de tarjetas.
“Darren es un jugador impresionante, un gran jugador del tour, el campo le ha venido perfecto, el clima también; él está acostumbrado a estos campos y a este tiempo. Se lo merece.”
Pese a la decepción, Jiménez ya está pensando en el Open 2012 que tendrá lugar en Royal Lytham & St Annes, escenario de dos victorias de Seve. “Es muy buen campo, me gusta mucho”. En 2001 el malagueño quedó tercero, empatado con Darren Clarke, una buena referencia.
Pablo Larrazábal ha comenzado sufriendo, con bogeys al 3 y al 5, y doble bogey al 4, pero ha reconducido la vuelta y ha acabado muy satisfecho con su actuación del domingo.
“Me siento contento por mi juego de hoy. Ha sido una lucha impresionante y quizás de los cuatro días, éste ha sido el más complicado pero sinceramente ha sido también en el que he jugado mejor de tee a green y hoy le he dado muy bien a la pelota. Mentalmente he trabajado muy bien del hoyo 5 al 18”, indicaba Larrazábal.
El barcelonés se va a tomar unas semanas libres para luego cruzar el charco y jugar el Bridgestone Invitational y el PGA Championship, ya en agosto, y tiene entre ceja y ceja la Ryder 2012 como próximo objetivo.
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