Sonrisa en el rostro, swing equilibrado y un corazón en su gorra, que además del mensaje publicitario de su principal patrocinador es un buena representación del amor que Sergio García vuelve a sentir por el golf. No hace falta ir mucho más allá para analizar lo que le ha sucedido al castellonense en los últimos (muchos) meses… y la primera vuelta del Northern Trust Open ha sido buena prueba de ello.
Si nos dejamos de metafísica y acudimos a las cifras, tampoco engañan. -2 en la primera jornada, sexta plaza, top 20 en distancia con el drive, greenes en regularidad y golpes ganados con el putt, esa estadística instaurada el año pasado que se ha convertido en el oráculo en el que se buscan explicaciones a cualquier zigzag en el rendimiento. Y todo ello en un Riviera Country Club que sacó las garras con sus estrecheces y durezas y se vio azotado por un viento que llevó la línea del corte provisional a un elevado +2.
Y en este torneo histórico, heredero del Open de Los Ángeles y uno de los más longevos del calendario del PGA Tour, abundan las líneas argumentales interesantes. Para empezar, ahí está Phil Mickelson dando muestras de poderío una vez más después de su exhibición en Pebble Beach, líder en solitario con -5 después de una segunda mitad de recorrido mágica. Pese a su contundente triunfo ante Woods y a que ya ha ganado en dos ocasiones este torneo, se cernían ciertas dudas sobre el rendimiento del zurdo de Arizona; no en vano, el año pasado dio un espectáculo similar en el Shell Houston Open para luego desaparecer el resto del año. Sin embargo, parece que vamos a tener que aparcar esas reservas y contar con Mickelson en todos los torneos que dispute en 2012.
Otra de las grandes noticias es la recuperación de J. B. Holmes, sometido no hace tanto (el 1 de septiembre) a una operación de neurocirugía) y ofreciendo un rendimiento que recuerda al que le llevó a la Ryder Cup de 2008. Por lo pronto, es segundo a un golpe de Mickelson y empatado con otro exRyder, Hunter Mahan, en un torneo en el que cuenta con tres top ten en cinco participaciones.
Y además de los buenos resultados iniciales de Byrd, Choi, Kuchar u otros ilustres, no hay que olvidarse del número 1 del mundo, Luke Donald, que tuvo que enfrentarse a Riviera cuando más soplaba el viento y parece haberse sacudido las inseguridades de la gira por la península Arábiga.
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