Gran comienzo de Sergio García en un Masters de Augusta que ha visto como el jovencísimo Jordan Spieth, que parece tenerle la medida cogida al Augusta National, ha firmado una ronda para enmarcar, ocupando el liderato con tres golpes de margen sobre sus más inmediatos perseguidores. Sergio García, por su parte, firmaba 68, una de sus mejores vueltas en Augusta para situarse en una meritoria sexta posición.
«En general ha sido un buen día. No cabe la menor duda de que hay golpes con los que no me encuentro cómodo en este campo y me cuesta tener confianza, pero aparte de eso he sido capaz de salvar con mi juego corto algunas situaciones y estoy muy contento de poder haber hecho por debajo de 70, que aquí siempre es bueno”, afirmaba el castellonense.
En una jornada en la que los resultados bajo par han sido la tónica general del día, el de Borriol daba una de las claves de la benevolencia de Augusta en esta primera ronda del Masters de Augusta 2015.
“La tarde estaba más sencilla, había un poquito más de brisa. Los greenes están lentos, con la velocidad más lenta que he visto yo nunca en competición. Los putts caen menos, los putts cuesta abajo están lentos”, apuntaba Sergio.
Con un trasfondo de inseguridad y sin quizá acabar de creerse la buena jornada, Sergio es prudente de cara al resto de torneo y avisa de que no será fácil continuar con el mismo ritmo.
“Hay algunos hoyos todavía en los que tengo problemas y en los que no me siento nada cómodo y necesito averiguar de alguna manera cómo afrontarlos mejor, pero siempre que juegas bien te da un poco de confianza extra. Mañana espero hacerlo tan bien como hoy. Estaría genial poder hacer otra buena vuelta mañana pero no quiero adelantarme, especialmente en este campo, con el que no tengo muy buena relación, así que tengo que ir despacio”.
Para concluir, Sergio era preguntado acerca del jovencísimo líder, a lo que respondía con un “sabía que estaba jugando bien, pero no que estaba tan bien”.
El exultante Jordan Spieth, tras estar a punto de firmar una vuelta de récord, afirmaba a los medios que una de las claves de su buen rendimiento últimamente era la paciencia.
“Estoy muy contento. Es una de las mejores vueltas de mi carrera. Es difícil irte a la cama liderando y eso lo vi el año pasado. Pero al mismo tiempo tengo más confianza en la manera en la que me enfrento a las situaciones y el nivel de paciencia adquirido este último año”, afirmaba el texano.
Su estrategia de cara al resto de torneo es bien clara: seguir con lo que funciona.
«Es difícil tener bajas expectativas y dejar que la cosa fluya en el campo y hoy hemos hecho un gran trabajo. Voy a seguir con la misma actitud el resto de la semana», declaraba Spieth, que nos hacía partícipes de una de las anécdotas del día, cuando su compañero de partido Billy Horchel, asombrado por su gran nivel, le decía: «Necesito una grabadora de voz para grabarme diciendo ‘buen hoyo Jordan’ y ponértelo en cada tee de salida».
Peor suerte han corrido nuestros dos jugadores más veteranos en liza. Miguel describía su ronda primera como “una puñalada en el corazón. Ha sido un día raro. He acabado los nueve primeros al par pegándole muy bien a la pelota y a partir del diez ha sido una pena. No te sé decir qué me ha pasado, quizá pararme un poco más de tiempo en cada golpe, prepararlos mejor, no se…” afirmaba un Miguel que no ha conseguido dar con la tecla.
“No tengo la sensación de haber jugado mal. He recibido demasiado castigo. Mañana espero que el hoyo se esté quieto para que la bola entre”, concluía el malagueño que, salvo milagro, volverá a casa antes de lo previsto.
Jose María Olazábal se mostraba franco ante las cámaras de nuestros compañeros de Canal+ Golf tras su ronda de 79 golpes. “He recibido el castigo que merecía. No he jugado nada bien, prácticamente he fallado todos los golpes de salida y no he pateado bien. El resultado refleja bastante bien cómo he hecho las cosas hoy”, afirmaba tajantemente el donostiarra.
Otro veterano que sigue haciendo las delicias de los que amamos este deporte, Tom Watson, ha vuelto a dar la sorpresa y ha firmado una vuelta de 71 golpes que él mismo ha definido como “simplemente, un milagro”, para entrar en los libros de historia al convertirse a sus 65 años en el jugador más veterano en firmar un resultado bajo par en el Masters.
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