Sergio García salía de la sala de prensa con la sensación de que no había estado tan lejos de una gran vuelta. Un par de golpes, un par de putts, a lo sumo un puñado de detalles que en otras competiciones apenas tienen trascendencia y en un US Open pueden significar treinta puestos de distancia. Aun así, con su 72 del día el de Borriol entregaba la segunda mejor tarjeta del día en el momento de finalizar (solo superado en ese momento por Ryan Moore y Retief Goosen, aunque luego sería mejorada por un buen número de golfistas), un resultado que bien podría haber estado por debajo de esos 70 golpes convertidos en muralla infranqueable en la tercera jornada.
«Está claro que el campo estaba complicado, mucho más difícil. Estaba más seco y soplaba un poco más y casi todos los hoyos largos se jugaban contra el viento y estaban muy difíciles. He pegado driver-hierro 3 en el 2 y en el 4, y driver-hierro 4 en el 16. Es mucho pedir con estos greens, pero es una pena porque me puse -1 y si llego a acabar -1, -2 o incluso par, habría sido una gran vuelta. Por desgracia, se me ha escapado por un par de malos golpes y un par de putts fallados. Más 2 no es mala vuelta tal como estaba el campo, pero deja una sensación espantosa», explicaba Sergio García.
La pregunta sobre su amigo Martin Kaymer, que todavía no había salido a jugar cuando García finalizaba su vuelta, era obligada.
«Si sigue como estaba mañana, con algo de brisa, no veo a nadie haciendo menos de 67. Si Martin se las apaña para jugar al par, que es una buena vuelta, creo que va a salir con seis o siete golpes de ventaja», estimaba el español.
Sergio García, además, notó molestias en su rodilla maltrecha a lo largo de la vuelta, pero relativizó el problema.
«Me dolió un par de veces en el hoyo 4 al bajar de la colina. Después me sentí bastante bien. Por desgracia, por el sudor se me desprendió la venda adhesiva en el hoyo 12 y, curiosamente, empecé a hacer peores swings. No voy a decir que fuera el motivo, porque no me molestaba, pero a lo mejor no estaba tan estable que con la venda».
Por último, Sergio García hacía una valoración general acerca de su nivel de juego de cara a las próximas e importantes citas que afrontará durante los próximos meses.
«Ha sido una semana de altibajos. Le he pegado muy bien al driver y estoy muy orgulloso, pero con los hierros ha habido altibajos. He pegado algunos buenísimos y otros espantosos. Con el putt no he estado mal, aunque haya fallado un par de ellos de vez en cuando. El chipeo, regular. Aún tengo muchas cosas que mejorar», remataba García.
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