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Zona Pro

Sergio sobrevive en la montaña rusa de Merion

Óscar Díaz | 14 de junio de 2013

Sergio García empezaba su andadura en el US Open 2013 en un partido incómodo, con Stewart Cink y Padraig Harrington, y sin tener muy claro si la reciente polémica con Tiger Woods iba a dar alas a los bulliciosos aficionados de Philadelphia. Ante sí, un Merion Golf Club húmedo y no demasiado largo, pero con los dientes muy afilados.

Después de un tempranero bogey en su primer hoyo (el 11), rápidamente neutralizado por un gran birdie en el 13, Sergio García se resbalaba en el tee y mandaba fuera de límites su bola en el 14 con su madera 3… para oír poco después la bocina que le llevaría a la casa club durante más de tres horas y media para rumiar lo que le acababa de suceder. Después de la reanudación, y una vez certificado el doble bogey en el 14, nuevo mal swing en la salida del hoyo 15, otro fuera de límites con la madera 3 y un cuádruple bogey que disparaba todas las alarmas. Si no era el peor de los comienzos, se le parecía mucho.

+6 en cinco hoyos, que serían +7 en ocho después de dejarse otro golpe en el durísimo 18, un parcial no tan extraño en un US Open, aunque se juegue en un campo más o menos recogido y reblandecido por las lluvias como Merion. Y cuando más de uno se relamía ante el descalabro del castellonense, sobre todo los que le dedicaron burlas y cacareos a lo largo de la vuelta, surgio el Sergio imperial de las mejores ocasiones. Con birdie en el 1 y un espectacular eagle en el 2 (con dos golpes impecables y un gran putt de 5 metros), Sergio se aferraba a un torneo que parecía habérsele escapado a primeras de cambio.

Después, se siguieron alternando los errores (sobre todo desde el tee) con los aciertos, y el de Borriol volvía a perder un golpe en el par cinco del hoyo 4, aunque supo rematar con otro arreón y otro par de birdies en los tres hoyos finales para colocarse con +3 en mitad de una tabla que estuvo cerrando durante gran parte de su vuelta. Gran reacción y bala esquivada.

«Por desgracia tuve dos hoyos muy malos, pero así son las cosas. El US Open no te da mucho margen», explicaba Sergio García al finalizar la vuelta. «He intentado luchar al máximo en los segundos nueve y he conseguido lograr un buen resultado después de ir +7 en 8 hoyos».

Sergio García también demostró una notable contención a la hora de encajar las burlas dispensadas por unos pocos aficionados. La policía llegó a preguntarle si quería que expulsaran a los bromistas, pero el de Castellón dijo que no era necesario y optó por centrarse en su juego. Cierto es que el comportamiento del público que acudió al campo de Ardmore fue correcto por lo general, y García optó por la vía diplomática.

«[El recibimiento] ha sido bueno. Creo que, por lo general, ha sido muy bueno y me he alegrado mucho», contaba el español.

De momento, y aunque la primera jornada está inconclusa por las dos suspensiones por mal tiempo, Sergio García es septuagésimo octavo con +3, a siete golpes de Luke Donald, y conserva todas sus opciones de luchar por el título.

Gonzalo Fernández-Castaño y José María Olazábal, también sobre par

A los otros dos españoles presentes en el torneo les tocó salir en el turno de tarde y también sufrieron la última suspensión del día, que si bien fue bastante más corta que la primera, les impidió finalizar su vuelta. Además, los dos se fueron al vestuario con mal sabor de boca después de dejarse un golpe en sus últimos hoyos (el 14 en el caso de Olazábal; el 10 en el de Fernández-Castaño).

José María Olazábal, en su primer US Open desde 2007 y señalado como posible sorpresa dadas las características del campo este del Merion Golf Club, firmaba tablas en los cuatro primeros hoyos de Merion para luego hacer dos bogeys consecutivos y comenzar un tramo de mucha brega (y cuál no lo es en un US Open), resuelto con otros dos bogeys y un birdie y un acumulado de +3. No obstante, al doble ganador del Masters le queda afrontar los temibles cuatro hoyos finales.

Por detrás, Gonzalo Fernández-Castaño le sacaba el birdie al hoyo 2 y cometía un inesperado bogey en el 3 después de dejar corto un chip casi desde el collarín y fallar un putt de poco más de un metro. A partir de ahí, sufrimiento y vaivenes continuos, salpicados por la lluvia ocasional y la segunda suspensión del día. Al final, +2 en el hoyo 10 y ocho hoyos pendientes de su primera vuelta, que deberá finalizar hoy en una jornada maratoniana.

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