A finales de junio, el organismo europeo encargado de la gestión conjunta de la Ryder Cup abrió formalmente el proceso para que los países que quisieran albergar la competición en el 2022 presentaran sus candidaturas. El plazo para hacerlo acababa este 31 de agosto y el pasado viernes se comunicó que han sido siete los países que han mostrado interés firme y real en organizar el evento: Austria, Dinamarca, Alemania, Italia, Portugal, España y Turquía.
Un éxito según Richard Hills, director de la Ryder Cup), que señalaba que estaban “encantados con el nivel de interés que hemos recibido por toda Europa para acoger la Ryder Cup de 2022 y damos la bienvenida a todas y cada una de las propuestas”.
A partir de ahora, a las siete naciones se les proporcionará un paquete de información oficial antes de las reuniones y visitas de inspección, al estilo de los Juegos Olímpicos, que realizarán los responsables europeos de la Ryder Cup y que tendrán lugar antes de fin de año.
El último paso será la creación de un dossier final que muestre las razones por las que se debe elegir cada candidatura y que debe entregarse antes del 16 de febrero de 2015. A partir de ahí, el comité responsable examinará la candidatura en función “de unos criterios clave que permitirán evaluar cada oferta tanto en sus méritos deportivos como comerciales, mientras que, al mismo tiempo, podremos juzgar cada una de ellas de forma justa, a fondo y en igualdad de condiciones”, tal y como señalaba Richard Hills en el comunicado de la organización. La resolución y el anuncio del país que organizará el evento se espera que tenga lugar en otoño de 2015.
España volverá a presentar candidatura después del fiasco que supuso la licitación anterior para el 2018 que terminó llevándose Francia. Esta vez la lucha se presenta igual de complicada ya que muchos pesos pesados del golf europeo han oficializado su propuesta para organizar el torneo. Lo que sí es seguro es que será la primera vez en la historia que la Ryder Cup, cuando toca el turno de hacerlo en suelo europeo, no se jugará en las islas Británicas dos veces consecutivas. La última vez que la Ryder salió de las islas fue a Valderrama en 1997 y en 2018 será la segunda, esta vez a París, pero al no haber presentado ningún país de las islas su candidatura para el 2022, el evento se celebrará por segunda edición consecutivo en la Europa continental, algo que puede ser más que un síntoma.
No se sabe a ciencia cierta qué ciudad presentará la RFEG como candidata a albergar la Ryder del 2022. Aunque en su momento las instituciones deportivas y políticas catalanas apostaron por intentar alojar la competición en el PGA de Catalunya, sede del pasado Open de España, el hecho de tener que presentar una candidatura por país y a través de las federaciones nacionales hace que la designación final de la ciudad candidata quede en manos de la RFEG y el comité que se formará para ello.
La lucha será complicada y a las grandes potencias del golf europeo (aparte de los británicos, solo faltan los suecos y los franceses por razones obvias) se une el potencial económico del golf turco que cada vez cobra más importancia en el ámbito europeo e internacional. Desde ahora, queda un año para saber qué país será el afortunado.
Aprovechamos par recordar los criterios establecidos para la elección de la sede:
1. Un apoyo gubernamental, político, institucional y de la comunidad golfística demostrable.
2. Compromiso con el desarrollo de una instalación de clase mundial de golf (nueva o existente) para albergar la Ryder Cup 2022.
3. Disposición de las instalaciones auxiliares, acceso e infraestructura acordes con la puesta en escena de un evento deportivo internacional, incluida la proximidad a una gran ciudad internacional adecuada.
4. Oportunidades comerciales disponibles para la Ryder Cup.
5. Contribución del país en el desarrollo del golf, por ejemplo:
• Dejar un legado.
• Integración de golf dentro del turismo y las empresas.
• Desarrollo de diferentes niveles de participación en el golf.
• Torneos de golf profesionales en todos los niveles.
• Contribución a a Ryder Cup: por ejemplo, tener jugadores elegibles.
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