Mismo escenario pero dos finales muy diferentes. La última vez que vimos a los mejores jugadores del mundo en el campo de Congressional Country Club fue en el US Open de 2011 donde Rory McIlroy dio un auténtico recital tras el cual acabó llevándose su primer Major. Aquella vez, la última jornada carecía del aliciente de quién conseguiría la victoria ya que el norirlandés comenzó el domingo con una ventaja de 8 golpes y el interés se centró en ver con qué margen se acabaría imponiendo al resto de impotentes rivales. Dos años después, la situación se presenta totalmente distinta en el mismo recorrido ante los últimos 18 hoyos del AT&T National, donde cuatro jugadores saldrán empatados en el coliderato.
Jornada a jornada, la cabeza de la clasificación de este AT&T National se ha ido poniendo más interesante, con un Roberto Castro que lideraba en solitario el jueves y un Jordan Spieth que se incorporaba a la primera plaza el viernes junto a su compatriota. A estas alturas, Castro resiste pero Spieth se cayó tras su 74 (+3) del sábado, siendo Andrés Romero, Bill Haas y James Driscol con -7, los que le acompañan como favoritos a la victoria si nos atenemos a la ventaja inicial que atesoraran este domingo. A un golpe (-6) se encuentra Jason Krokak mientras que Charlie Wi y Tom Gillis comparten la sexta plaza con -5.
Resulta curioso echar un vistazo a las tarjetas de los cuatro jugadores destacados y ver cómo tres de ellos tuvieron serios problemas en determinados hoyos de Congressional. Castro comenzó su vuelta con un bogey en el 2 y un doble bogey en el 3. Afortunadamente pudo remontar gracias a cuatro birdies, dos de ellos en los hoyos 16 y 17, y mantuvo su posición privilegiada salvando un par en el 18 tras irse al agua en su segundo golpe, embocando un chip desde 27 metros. «Ha sido un día salvaje», resumía el norteamericano.
En el 11, Haas también tuvo sus problemas con el agua de Congressional. Tras hacer tripley bogey en este par 4, llegó a ponerse cinco golpes detrás de los líderes, una desventaja que rápidamente se encargó de disipar haciendo birdies en tres de los siguientes cuatro hoyos. El ganador de la FedEx Cup en 2011 explicó que «tal y como está preparado el campo con el rough duro y las calles estrechas, si no le pegas bien al drive, puedes hacer bogey en cualquier hoyo».
Que se lo digan a Andrés Romero, único jugador en llegar a -10 durante la tercera jornada. Fue antes de llegar al hoyo 11 donde una mala salida le condujo hasta un doloroso doble bogey que precedió a un nuevo fallo en forma de bogey en el siguiente hoyo.
Driscoll, por su parte, fue el más ordenado de todos los líderes siendo el único de ellos cuyo peor resultado fue un bogey. Firmó dos durante su vuelta del sábado, compensados con creces con cinco birdies que le llevaron a dejarse una gran opción de conseguir su primera victoria en el PGA Tour.
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