Había ganado allí hace doce meses con un acumulado de menos dieciocho, y no estaba todavía al nivel que exhibe actualmente. Suzann Pettersen comenzó una enorme racha de victorias en 2013 en Mission Hills, representando a Noruega en el World Ladies Championship. No era, ni mucho menos, el torneo más importante de la temporada; ni estaban las mejores del mundo ni la dificultad que exhibe Mission Hills se encontraba a la misma altura que cualquiera de las sedes de los cinco grandes. Pero Suzann se mimetiza con este recorrido de un modo tan natural como quien probablemente inventara el golf hace siglos, pegando palos a una bola mientras paseaba por una pradera. Para ella, allí, todo es más fácil.
Su ronda de 67 impactos, entregada el jueves, no sorprendió nadie. “Creo que tienes que sacar ventaja de los pares 5 ahí fuera”, declaró. “Solo tienes un hierro medio en las manos en varios de ellos y, aunque conseguí un eagle, debieron de ser dos”. Hasta ese punto llegan sus ambiciones en este recorrido, en el que el juego largo prima sobre el acierto en los greenes con más claridad que en otros escenarios. Suzann tiene una estrategia muy definida para atacarlo: drives descomunales y hierros a bandera; funcionan en cada uno de sus hoyos, sin más. Mientras algunas de su rivales buscaban el modo más seguro de llegar hasta el hoyo, ella paseó nuevamente por las calles despejando certezas, quedándose sola en lo más alto de la clasificación.
La Sinfonía Pettersen interpretada en la segunda jornada del campeonato estuvo formada por cinco birdies y ni un solo error, un 68 que le permite alcanzar el menos once en el acumulado. Atrás, como aspirantes rabiosas ante el despliegue de la número dos del mundo, se encuentran Ye Na Chung, Valentine Derrey, So Yeon Ryu, Nikki Campbell y Trish Johnson, esperando que durante el fin de semana se altere algo en el sonido de sus hierros y maderas. Son segundas con menos, pero la sensación que se respira en Mission Hills es que la líder se encuentra cada vez más cómoda.
Su esperanza y su principal enemigo lo encontraron hoy de las manos de Diana Luna, que fue capaz de alcanzar un memorable 64 (menos nueve) en su camino hasta la séptima posición en solitario. A pesar de toda la seguridad que despliega Suzann desde arriba, existen vueltas muy bajas en Mission Hills, listas para ser agarradas con fuerza. Es esperanza porque ellas también las tienen al alcance y peligro porque Pettersen también juega. Un cuarteto de grandes jugadoras, compuesto por Ariya Jutanugarn, Inbee Park, Minjee Lee y Gwladys Nocera, partirán mañana desde el menos siete intentando revolucionar el torneo.
Patricia Sanz respondió a su mal inicio de campeonato (77) con una vuelta bajo par (71), consiguiendo superar el corte, situado finalmente en más dos. Peor suerte corrió Mireia Prat, que recorrió el camino opuesto con un 79. La catalana seguirá en Mission Hills, representando a España en la competición por equipos, pero sin opciones de avanzar en la tabla. Francia y Corea del Sur lideran la competición paralela con un global de menos dieciséis, ya con Noruega a nueve de distancia.
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