Cada maestrillo tiene su librillo a la hora de preparar el Open Championship. Unos han decidido acudir al Open de Escocia para ir tomando contacto con los links caledonios; otros llevan casi una semana recorriendo todos los recovecos del Old Course, como Adam Scott; y Jordan Spieth, número dos del mundo, decidió honrar su compromiso con el torneo que tanto le ha dado, el John Deere Classic. Y a lo mejor el martes o el miércoles se acuerda del jet-lag, pero por su trayectoria en el torneo patrocinado por el gigante de la maquinaria agrícola parece que Spieth va a llegar a Escocia con el zurrón lleno de moral.
De momento, su 61 de la tercera jornada en el torneo del PGA Tour es un golpe de autoridad que acrecienta el runrún de la consecución de la «tercera pata» del Grand Slam. En 36 hoyos, Spieth ha pasado de flirtear con el corte fallado (era 101º tras la vuelta de par de la primera jornada) a encabezar el torneo con dos golpes de ventaja sobre otro jugador el racha, el neozelandés Danny Lee, autor de un 62 no menos espectacular.
En un año en que ya ha ganado tres torneos, dos de ellos majors, Spieth sigue tumbando marcas. Su 61 es la mejor vuelta de su joven carrera en el circuito estadounidense y le coloca en cabeza en un torneo que ya ganó en 2013, aunque en aquella ocasión tuvo que remontar seis golpes en la jornada final para forzar el playoff.
Por detrás de Spieth y Lee, ganador la semana pasada en el The Greenbrier Classic, aparecen Shawn Stefani, Justin Thomas y Johnson Wagner con -14, a tres golpes del líder. Los tres, además, son los principales aspirantes a hacerse con la plaza que hay en juego para el Open Championship.
Gonzalo Fernández-Castaño estuvo impecable de tee a green pero no consiguió sacar partido a su buen juego en los verdes tapices del TPC Deere Run, con lo que tuvo que conformarse con una vuelta de par que le llevó hasta la cuadragésima posición. Evidentemente, el objetivo es ganar todo el terreno posible en la última jornada y sumar valiosos puntos que le acerquen un poco más a la barrera del top 125 de la FedEx Cup, frontera que, de franquearla, le permitiría renovar sus derechos de juego.
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