La cuestión se repite cada domingo. A la hora de ganar un torneo, ¿es mejor salir como líder o a pocos golpes de la cabeza? Durante la avalancha de birdies del John Deere Classic, Troy Matteson finalizó la tercera jornada con una vuelta de 66 impactos, alzándose en la clasificación a un liderato con tres golpes de ventaja sobre, probablemente, el peor rival que podría tener en este torneo y en esta semana: un tal Steve Stricker.
Son ya tres las ediciones consecutivas que el americano consigue ganar en el TPC Deere Run y a medida que avanza la competición, Stricker parece tener entre ceja y ceja el récord de jugadores como Tom Morris Jr., Walter Hagen, Gene Sarazen o Tiger Woods, que llegaron a las cuatro. A una jornada del final, ya no solo compite por su décimo tercera victoria como profesional en el PGA Tour, sino por un pequeño sitio en la historia, y viendo cómo juega este recorrido se puede comprobar que su convicción para conseguirlo es total. A falta de dieciocho hoyos para el desenlace final, ya ha enviado su primer ataque a Matteson a través de los medios.
“He estado en la posición de Troy, y es difícil porque tienes la expectativa de que tienes que salir y ganar,” comentó Stricker. “Es muy difícil, porque los jugadores que llegan por detrás están esperando que falles. Pueden ser un poco más agresivos e intentar llegar a las banderas, mientras quien lidera puede mostrarse más cauteloso y jugar de un modo conservador”. No le falta razón en sus argumentos pero con estas declaraciones lo que Stricker hace, antes de empezar a jugar, es poner en antecedentes a su adversario en la última jornada y recordarle que mañana él será la referencia. Pasa la presión a sus golpes mientras que, visto de otro modo, el que tiene menor margen de error es él. Un par de bogeys y el torneo se antojaría imposible.
Matteson ha ganado ya dos veces en el circuito y sabe lo que necesita Stricker para ganar, por lo que defiende su posición y se muestra seguro para el último día de competición. “Siempre es mejor estar por delante que por detrás en la clasificación. Cada golpe que puedas ganar es bueno y creo que todavía hay que ser agresivo. El torneo no es de nadie”, defendió el líder. “Alguien en doce bajo par podría hacer 60 golpes. Hay que conseguir muchos golpes bajo el par y yo voy a hacer lo mismo que he hecho cada día, al igual que sé que el resto de jugadores también. Van a intentar hacer los menos golpes posibles”. Una respuesta nada despreciable al ataque pre-ronda de Stricker, es más, Matteson no se quedó ahí: “Nadie está prestando atención a lo que hago yo. Si gano es genial para mí pero si Stricker gana, es realmente una gran historia”.
A pesar del protagonismo acaparado, no existen solo dos candidatos a la victoria final. Zach Johhnson y Brian Harman se encuentran con catorce bajo par, a cuatro golpes del liderato, y mañana se les espera saliendo a jugar hambrientos de birdies. En el caso de Johnson, esto puede desembocar en una vuelta realmente baja porque cuenta con un aliciente especial: juega en casa. La última jornada deparará quién ha sabido manejar mejor su situación: el líder, el gran favorito o el aspirante a héroe.
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