Por fin llegó el día. Tras una tercera jornada casi imposible de resumir por todas las situaciones que se vivieron con innumerables protagonistas, este domingo tendrá lugar el desenlace de uno de los US Open más emocionantes de los últimos años. Una jornada que coincide con el Día del Padre en Estados Unidos y en la que el único jugador que marcha por debajo del par en estos momentos, Phil Mickelson, cumple 43 años. Demasiado bonito. Parafraseando la famosa frase que da comienzo y final a la película Slumdog Millionaire, si el zurdo consigue su primer US Open, todo parece indicar que será porque «estaba escrito».
Con tres Masters de Augusta y un PGA Championship, Mickelson tiene una gran oportunidad de conseguir hoy un Major que le ha sido esquivo en varias ocasiones. De hecho, atesora cinco finales como 2º, siendo el jugador que más veces ha terminado en esta posición. El consuelo, los 2,691,079 dólares que ha conseguido solamente en estos subcampeonatos.
Los que soñaban con un final de torneo con Tiger Woods y Mickelson luchando por la victoria tendrán que esperar. Tiger firmó un 76 (+6) que le deja fuera de la pelea salvo milagro y con el que iguala su peor tarjeta en un US Open como profesional. En la edición del año 1996, como amateur, firmó un 77, su registro más alto en el segundo Major del año.
Una de las primeras decepciones para el público español en la jornada del sábado llegaba cuando Sergio García firmaba un 10 (séxtuple bogey) en el hoyo 15 después de mandar tres bolas fuera de límites. Era el mismo escenario en el que el jueves hizo 8 golpes (cuádruple bogey), con lo que a falta de una jornada, lleva jugado este hoyo en un total de +10. Lo curioso resulta comparar este par 4 con el resto del recorrido de Merion, donde García marcha solo +1 en los 17 hoyos restantes.
En las últimas 13 ediciones del US Open, es la tercera vez que un jugador alcanza el doble dígito en un hoyo. Los pioneros fueron John Daly en 2000 y Alex Prugh en 2007.
El público de Philadelphia sigue haciendo de las suyas. Sergio García tuvo que aguantar un grito de «¡Pollo frito!» cuando se disponía a comenzar su ronda en el hoyo 11. Más guasa tuvo otro aficionado que en el hoyo 1 aprovechó la presencia de Ian Poulter para rendir viejas cuentas. «¡Me bloqueaste en el twitter!», le increpó.
Las esperanzas de una victoria española, aunque tal vez un poco remotas, pasan únicamente por Gonzalo Fernández-Castaño. Tras pasar su primer corte en el US Open, le tocó bailar con la más fea en un partido de doble filo acompañado por Rory McIlroy y Tiger Woods. Prácticamente ausente en la señal televisiva durante los primeros hoyos ante la larga sombra de sus rivales, el madrileño acabó siendo el protagonista de su grupo, firmando una vuelta de 72 golpes con la que acabó eclipsando a sus compañeros de viaje. Superó por 3 golpes al norirlandés y por 4 al número 1 del mundo.
Fernández-Castaño fue uno de los 42 jugadores que sucumbió al hoyo 18 de Merion, el segundo hoyo más difícil del día pero el único que no concedió ni un solo birdie durante esta tercera jornada. De hecho, de los 54 hoyos jugadores por cada participante de los que pasaron el corte, éste es el único hoyo en el que no se ha visto un resultado por debajo del par en una jornada.
Uno de los aspirantes que puede hacer historia es Steve Stricker. Si hoy gana su primer Major, se convertiría en el jugador de mayor edad en conseguir un US Open, batiendo el registro de Hale Irwin cuando levantó el trofeo en 1990 con 45 años y 15 días. Además superaría la hazaña del Masters de 1996 de Jack Nicklaus (ganó con 46 años y 2 meses) y sería el segundo jugador más veterano en conseguir un título del Gran Slam. El record de Julius Boros (PGA Championship de 1968 con 48 años) permanecerá intacto por lo menos un mes más.
Y recordamos que el par sigue siendo un buen resultado en el US Open. Para demostrarlo, recurrimos al ejemplo de Brandt Snedeker y Morten Orum Madsen, quienes firmaron 70 golpes y protagonizaron las mayores remontadas del día subiendo un total de 31 puestos.
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