El Hyundai Tournament of Champions dio comienzo el pasado viernes con un golpe de Rickie Fowler a las 10:35 (hora local). Casi dos horas después el juego fue suspendido y los resultados anulados por una lluvia constante y un viento fortísimo, que superaba los 50 kilómetros por hora. Los jugadores no podían mantenerse en pie, las bolas se movían solas por los greenes y se hacía impracticable hasta mantener el paraguas para protegerse de lo que parecía una tormenta en mitad del océano. Día dos: la historia se repite. El arranque del PGA Tour se cancela, esta vez, sin que un solo jugador pegara un solo golpe.
Dicen que a la tercera va la vencida pero en esta ocasión el guión fue similar a días anteriores. Sin lluvia de por medio, las fuertes rachas de viento se quedaron como únicas protagonistas de la jornada. Rickie Fowler volvió a pegar el primer golpe de la temporada y, 71 minutos después, se suspendía otra vez un torneo que deja un argumento incierto para los próximos días. No es normal que los elementos traten así a uno de los climas más benignos del globo pero los pronósticos siguen sin ser halagüeños. El plan, corregido por cuarta vez para la ocasión, es el siguiente: 36 hoyos el lunes y 18 más el martes. Quien quiera competir en el Sony Open en Hawái, que dará comienzo el jueves, jugará un total de 126 hoyos en siete días. Dos torneos en una semana, la primera de competición de la temporada. Será la primera vez que arranque un lunes.
Hubo cuantiosos ejemplos gráficos del despropósito. Matt Kuchar, una vez el viento se llevó su gorra, intentaba colocar la bola en el tee del hoyo 10 sin demasiado éxito. Tuvo que consultar a un oficial antes de pegar su primer golpe del día. “Me dijeron que tardé siete minutos en pegar a la bola”, dijo sonriendo más tarde. Luego estaba Ben Curtis, que cogió los dos primeros greenes en regulación y firmó un doble y un triple bogey en su tarjeta. “Pegué mi bola a más de siete metros a la izquierda de bandera y cuando estábamos a medio camino mi caddie me dijo: ‘Tu bola se está moviendo’. Y rodó otros dos metros”, comentó sobre su odisea en el 11. “Me coloco por tercera vez y veo que empieza a moverse de nuevo. Un metro, dos metros, comienza a coger ritmo y termina a casi ocho metros de nuevo”.
Con el trapo de las banderas casi tocando el suelo en los hoyos más expuestos, una nueva suspensión se hacía inevitable. La experiencia de Scott Stallings se repetía constantemente en todos los partidos. “La dejé bastante cerca en el hoyo 12”, comentó. “Pateé desde 3 metros y fallé, así que me dispuse a empujarla pero comenzó a rodar, terminando más lejos para par que lo que había tirado para birdie. ¡Y luego mi gorra voló hasta el hazard!”
Slugger White, Vicepresidente de Reglas y Competición del PGA Tour y el encargado de hablar con los medios esta semana en Kapalua, volvió a mostrarse cauto en los nuevos planes de juego. “El pronóstico es algo mejor. Hemos tenido viento a más de 70 kilómetros por hora. Se mantendrá entre los 30 y los 48 durante el lunes». Rickie Fowler pegará el primer golpe de la temporada 2013 por tercera vez en cuatro días, con la esperanza de que sea el definitivo. El golf contra los elementos. Cuarto asalto.
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