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Zona Pro

The Open Championship 2011: el golf europeo y la obligación de ganar en casa

Alfonso Martínez | 13 de julio de 2011

Crónicas diarias

Jornada final
Darren Clarke se impone en el Open Championship

Sergio García certifica su regreso en Royal St. George’s

Tercera jornada
Clarke resiste, Johnson y Fowler amenazan y Jiménez se aferra

La rebelión de los veteranos

Segunda jornada
Jiménez, Larrazábal y García, con todas las opciones en el Open Championship

Darren Clarke quiere unirse al clan de los (nor)irlandeses

Primera jornada
Jiménez vence al viento en Royal St. George’s

Björn y Lewis toman el mando en el Open Championship

Logo del Open ChampionshipSemana de golf sin aditivos la que nos tiene preparada la Royal & Ancient con la centésimo cuadragésima edición del The Open Championship, más conocido en nuestro país como Abierto Británico, y donde cinco golfistas españoles tratarán de colarse en la lucha por todo lo alto entre el nuevo fenómeno de masas del golf europeo, el norirlandés Rory McIlroy, y la sobriedad del número uno del mundo, el inglés Luke Donald.

La última vez que el Open Championship recaló en el Royal St. George’s, el primer recorrido no escocés en albergar el Abierto en 1894, corría el año 2003 y un nervioso Thomas Björn dilapidaba en el búnker del green del 16 una renta de dos golpes sobre un incrédulo Ben Curtis que conseguía así el primer y único major de una irregular carrera profesional cuyo palmarés ampliaría tres años después con los moribundos Booz Allen Classic y 84 Lumber Classic, dos torneos que sucumbieron prematuramente incapaces de adaptarse a las nuevas exigencias de un PGA Tour a punto de dar el salto a la FedEx Cup.

La debacle del golfista danés no hizo más que reforzar la sensación de debilidad que transmitían los principales valores de la hornada del golf europeo llamada a recoger el testigo de los exitosos Big Five. Durante los siete años consecutivos en los que Colin Montgomerie dominó con mano de hierro la Orden de Mérito del Circuito Europeo (1993 – 1999), el adusto escocés no pudo sumar un solo major, y fueron especialmente dolorosas las derrotas ante el sudafricano Ernie Els en los US Open Championship de 1994 y 1997, y ante el australiano Steve Elkington en el PGA Championship de 1995.

De este espíritu tan poco competitivo se contagiaba, además, el grueso de integrantes de una clase media europea que apenas se bastaba para asomarse puntualmente por la zona noble de la tabla de clasificación de los grandes torneos de finales de la década de los noventa y principios de siglo, y cuyos ejemplos más sonados fueron, sin lugar a dudas, el de los franceses Jean Van de Velde, eternamente recordado por su debacle en Car-Nasty de 1999 y Thomas Levet, incapaz de cerrar en la primera tanda de desempate del Open Championship de 2002 una jarra de clarete que, cómo no, fue a parar a uno de los mayores depredadores de estos inexpertos golfistas continentales, Ernie Els.

El número uno del mundo, Luke Donald, al asalto de su primer grande

El número uno del mundo, Luke Donald, al asalto de su primer grande

Ahora, sin embargo, la situación ha cambiado diametralmente. Al calor de la mesiánica victoria del irlandés Pádraig Harrington en Carnoustie Golf Links en 2007, el golf europeo encontró la fórmula de trasladar la brillantez de la Ryder Cup al plano individual, y los entorchados de 2010 de Graeme McDowell en el US Open Championship, de Louis Oosthuizen (sudafricano de pasaporte, pero “europeo” como miembro de un Circuito que por fin dejó atrás los complejos que lo separan del PGA Tour) en el Open Championship, de Martin Kaymer en el PGA Championship, redondeados con la coronación de Lee Westwood como nuevo número uno mundial, sirven de irrefutables argumentos de la aparición de un nuevo orden golfístico que esta temporada está teniendo continuación en la chaqueta verde del sudafricano Charl Schwartzel, la machada de Rory McIlroy en el Congressional Country Club y la contundente ascensión del hombre tranquilo, Luke Donald.

En esta favorable dinámica debemos contextualizar un Open Championship al que las distintas potencias europeas llegan con la esperanza de acabar con sus respectivos fantasmas en el único major que se disputa en el viejo continente, el OPEN con mayúsculas. Si al otro lado del Atlántico la pesca de salmones está comenzando a resultar prolífica en los caladeros de la USGA y la PGA norteamericana, en los links británicos aún escuece una incómoda estadística de tres victorias europeas en dieciocho años, por once estadounidenses, y no solo del putter de Tiger Woods: John Daly, Tom Lehman, Justin Leonard, Mark O’Meara, David Duval, Ben Curtis, Todd Hamilton, Stewart Cink… todos ellos han conseguido algo que, a excepción de Pádraig Harrington y su bienio 2007 – 2008, se le sigue resistiendo a los Darren Clarke, Lee Westwood, Paul Casey, Sergio García, Ian Poulter y compañía.

Resulta difícil comprobar cómo un país que ocupa los dos primeros puestos del ránking mundial hace diecinueve años que no inscribe su nombre en el abierto por excelencia, en concreto desde Nick Faldo y Muirfield en 1992. Escocia, el lugar donde hace varios siglos surgió el germen de este deporte, solo ha podido coronar a dos campeones en noventa y un años, Sandy Lyle (1985) y Paul Lawrie (1999, el “Ben Curtis” europeo). España, por el momento la única nación de la Europa continental en haber saboreado las mieles del triunfo en el Open Championship (con la excepción ya lejana del francés Arnaud Massy), sigue sin encontrar la forma de dar continuidad al legado de Severiano Ballesteros y, para más inri, en el contexto de una época de bonanza del deporte español, con los Rafael Nadal, Alberto Contador, Pau Gasol, Fernando Alonso o Jorge Lorenzo como estandartes de una situación que hace ya tiempo que dejó de confiarse a la generación espontánea de figuras del blanco y negro.

No tiene el carisma del Old Course, pero St George's cumple a la perfección con las exigencias de todo links que se precie

No tiene el carisma del Old Course, pero St George's cumple a la perfección con las exigencias de todo links que se precie

El Royal St. George’s Golf Club (Sandwich, condado de Kent) ha acogido a lo largo de su centenaria trayectoria al Open Championship en trece ocasiones, sin contar con las otras trece en las que recibió a las jóvenes promesas en el Amateur Championship, y de las cuales destacamos las siguientes efemérides:

1894, cuando rompió con treinta y cuatro años de celebración ininterrumpida en recorridos escoceses: Prestwick Golf (1860), Old Course de St. Andrews (integrado en la rotación desde 1873), Musselburgh (desde 1874), Muirfield (desde 1892). Desde entonces, la sede del Open Championship se alterna anualmente entre Escocia (cinco recorridos) e Inglaterra (cuatro, Royal Birkdale, Royal Lytham & St Annes, Royal Liverpool y Royal St. George’s).

1949, cuando fue testigo de la primera victoria no angloestadounidense, la del sudafricano Bobby Locke, quien tras finalizar empatado a cinco golpes por debajo del par del campo afrontaba la muerte súbita ante el irlandés Harry Bradshaw… con el argentino Roberto de Vicenzo tercero a dos impactos en el segundo de los ocho top ten que acumuló hasta hacerse con el Open Championship de 1967.

1981, cuando el estadounidense Bill Rogers se convirtió en el único golfista que consigue vencer al campo (-4) en una clasificación final donde descubrimos a Manuel Piñero en sexta posición. Cuatro años después, en 1985, Sandy Lyle le da a Escocia su primer Open en sesenta y cinco años.

Graeme McDowell ya logró en 2010 un major en territorio links... el US Open de Pebble Beach

Graeme McDowell ya logró en 2010 un major en territorio links... el US Open de Pebble Beach

1993, cuando el australiano Greg Norman cerró su cuenta de majors con el segundo Open Championship con un resultado más propio del benévolo Old Course que del catalogado por muchos como el links más links de los nueve recorridos que conforman la rotación del Abierto.

Siete años después de albergar el Open Championship, el Royal St. George’s Golf Club confía en seguir mostrando el mismo nivel de exigencia que en 2003 reservó a Ben Curtis el agotador honor de ser el único golfista en colocar el color rojo en su casillero. Con una metraje incrementado en noventa metros hasta los 6.589 y el par del campo recudido a 70 tras la reconversión del hoyo 4 a par 4 (454 metros), el recorrido seguirá haciendo gala de sus onduladas calles y desnivelados greenes, si bien la calle del hoyo 1 (par 4, 404 metros) ha sido generosamente ampliada en once metros para dar así algo más de margen a los golfistas que haciendo uso de su potencia con el driver apuren la distancia a costa de la precisión y se arriesguen a más de una escapada, como la de Tiger Woods en 2003, con triple bogey incluido.

La meteorología avanza, en principio y siempre con las reservas que el clima británico nos concede, tiempo soleado durante los dos primeros días de competición con temperaturas en torno a los quince grados centígrados. Para el fin de semana, sin embargo, la lluvia hará acto de presencia, sin llegar al formato apocalíptico del pasado Barclays Scottish Open, pero comprometiendo las tarjetas de la jornada del movimiento. El viento, de componente este o noreste se moverá con medias de velocidad superiores a los veinte kilómetros por hora.

Tras una semana de descanso, Miguel Ángel Jiménez vuelve a la competición en el tercer major del año

Tras una semana de descanso, Miguel Ángel Jiménez vuelve a la competición en el tercer major del año

Álvaro Quirós, Miguel Ángel Jiménez, Sergio García, Pablo Larrazábal y Alejandro Cañizares centrarán en su juego las esperanzas españolas de ver el próximo domingo 17 de julio 2011 a un compatriota alzando la jarra de clarete de un Open Championship entregado al recuerdo del gran Severiano Ballesteros.

A lo largo de toda la semana se están sucediendo los distintos actos de homenaje que la Royal & Ancient ha programado para loar la figura del tres veces ganador del Abierto, y del que destacan iniciativas tan visuales como la omnipresencia de la silueta del golfista cántabro en la cartelería y la revista oficial del torneo, además de otras destinadas a recaudar fondos para la Severiano Ballesteros Foundation.

Álvaro Quirós (Omega Dubai Desert Classic de 2011, Open de España de 2010) es, clasificación mundial en la mano, nuestra mejor baza de cara a la victoria final del domingo. Undécimo clasificado en 2010, esta temporada ha conseguido superar el corte en los dos majors disputados, si bien son las molestias que arrastra en la muñeca derecha desde el pasado BMW PGA Championship las que todavía ponen en duda la participación del guadiareño, según recogen nuestros compañeros de Ten-Golf.

Miguel Ángel Jiménez (28º) no llega en su mejor momento. Desde que finalizara segundo en el Ballantine’s Championship surcoreano de mediados de mayo no ha hecho más que fallar cortes (Wentworth, Celtic Manor, Congressional, Le Grand National) y borrarse de cuantos torneos ha disputado (T46º en el Open de España, eliminado a primeras de cambio en el Volvo de Finca Cortesín, T39º en Múnich). En el año 2001 fue capaz de concluir en una más que notable tercera posición a cuatro impactos del estadounidense David Duval después de afrontar el inicio de la cuarta jornada a un solo impacto del cuarteto de líderes. Diez años después, sabe que se encuentra ante una de sus últimas oportunidades de revivir la hazaña de Mark O’Meara, ganador de su primer grande entrado ya en la década de los cuarenta en un 2001 para enmarcar con Masters, British, World Match Play y número dos mundial incluidos.

Ojalá este domingo salga el sol para Sergio García

Ojalá este domingo salga el sol para Sergio García

Sergio García (53º), por el contrario, vuelve a transmitir sensaciones que parecían perdidas cuando el año pasado se ausentó temporalmente del golf profesional para recapacitar sobre su estado de juego. Noveno en el Commercialbank Qatar Masters, octavo en el Arnold Palmer Invitational y segundo en el BMW International Open, tiene en su séptimo puesto en el US Open Championship la mejor demostración de lo que es capaz de hacer a poco que resintonice el dial de su putter. Sin hacer mucho ruido ha pasado en cuatro meses de morar fuera del top 80 mundial a estar muy cerca de regresar a la élite, el top 50.

Entre 2001 y 2007 terminó hasta en seis ocasiones entre los diez primeros, situación especialmente dolorosa en 2007, cuando Pádraig Harrington se interpuso entre su primer y todavía ansiado primer major.

Pablo Larrazábal (94º) y Alejandro Cañizares (191º) completan nuestro repóquer de aspirantes. El primero llega exultante tras su agónico triunfo ante Sergio García en Múnich (con cinco hoyos de desempate…), mientras que el segundo debe aprovechar su brillante clasificación en la previa internacional europea del Open para remontar el vuelo en una campaña plagada de sinsabores.

El barcelonés tiene en el septuagésimo puesto de 2008 su mejor resultado en dos participaciones (2009). El madrileño, por el contrario, disputa su segundo The Open Championship consecutivo, tras la vigesimoséptima posición de 2010.

Álvaro Quirós ha sido emparejado con el surcoreano Kyung Tae Kim (líder del Japan Tour en 2010) y el estadounidense Ryan Moore (Wyndham Championship de 2009) (J 8:36h; V 13:37 h, hora peninsular española). Miguel Ángel Jiménez, con Geoff Ogilvy y el US Amateur Champion Peter Uihlein (J 9:09 h; 14:10 h). Sergio García hará lo propio con Luke Donald y Ryo Ishikawa (J 10:20; V 13:21 h). Pablo Larrazábal compartirá partido con el estadounidense Steve Marino y el australiano Richard Green (Portugal Masters de 2010) (J 13:15 h; V 8:14 h), y, finalmente, Alejandro Cañizares con el inglés Robert Rock (BMW Italian Open de 2011) y el norteamericano Webb Simpson (J 16: 05; V 11:04 h).

El centro de todas las miradas...

El centro de todas las miradas...

Luke Donald y Lee Westwood trasladan al Royal St. George’s su semanal duelo por la supremacía mundial. Una victoria o un segundo puesto del primer vencedor de la Race To Dubai (2009) solo podría ser contrarrestada por un subcampeonato o un top 21 del golfista de Hemel Hempstead, ganador esta temporada del WGC Accenture Match Play Championship, el BMW PGA Championship y el The Barclays Scottish Open.

Martin Kaymer (3º OWGR, Abu Dhabi HSBC Golf Championship de 2011, PGA Championship de 2010), Graeme McDowell (9º, The US Open Championship de 2010), Paul Casey (14º, Volvo Golf Champions de 2010) e Ian Poulter (16º, Volvo World Match Play Championship) son otros de los grandes nombres que tratarán de aprovecharse del estado de gracia del golf europeo y acompañar al irlandés Pádraig Harrington (57º, The Open Championship de 2007 y 2008, PGA Championship de 2008) en el palmarés de un The Open Championship que para muchos está llamado a caer rendido a los pies del Celtic Tiger, Rory McIlroy.

Tanta está siendo la repercusión del reciente éxito de los golfistas de Irlanda del Norte, que los organizadores del Abierto se están planteando seriamente la posibilidad de, a medio plazo, incluir algún recorrido de la región en su rotación, todo un cambio para un destino que no visitan desde Royal Portrush Golf Club en 1951. Solo el tiempo dirá si el torneo salta a la menor de las islas Británicas, pero mientras tanto sigamos con detenimiento la actuación de un Rory McIlroy que quiere ser el primer golfista en ganar los dos grandes Abiertos en una misma temporada desde Tiger Woods en 2000, y unirse a una mítica lista donde se hallan Bobby Jones en (1926, 1930), Gene Sarazen (1932), Ben Hogan (1953), Lee Treviño (1971) y Tom Watson (1982).

Cinco majors consecutivos sin victoria estadounidense, lo nunca visto...

Cinco majors consecutivos sin victoria estadounidense, lo nunca visto...

Los muchachos del tío Sam desembarcan en el condado de Kent con la firme intención de protagonizar la “machada” y privar al golf europeo de su torneo más preciado después de dos años de continuas derrotas en majors, campeonatos de las Series Mundiales de Golf y Ryder Cup. Steve Stricker llega a la cita con el tercer grande del año como el golfista estadounidense mejor clasificado en el ránking mundial (5º), y todo gracias a un sprint final de victorias en el The Memorial Tournament y su torneo fetiche, el John Deere Classic (2009, 2010, 2011). Si lo respeta el jet lag (a principios de temporada le jugó una mala pasada en el Commercialbank Qatar Masters, o eso adujo tras su cuadragésimo quinto puesto) ésta debería ser una oportunidad inmejorable para enfundarse su primer major, situación en la que, a excepción del PGA Championship de 1998, nunca se ha encontrado en sus casi veinte años de carrera profesional.

Phil Mickelson (6º, Shell Houston Open de 2011) se enfrenta a un major que nunca ha dominado. De diecisiete participaciones en el Open Championship, tan solo en 2004 pudo finalizar en tercera posición, a un impacto de la dupla Todd Hamilton y Ernie Els, que dirimirían en el playoff una victoria que fue a parar al inesperado golfista estadounidense, curtido en el exilio del circuito japonés.

Matt Kuchar (7º, The Barclays de 2010), Nick Watney (10º, WGC Cadillac Championship, AT&T National de 2011), Dustin Johnson (12º, BMW Championship de 2010), Bubba Watson (15º, Farmers Insurance Open, Zurich Classic of New Orleans de 2011) o Rickie Fowler (52º) constituyen las otras grandes apuestas de la superpotencia golfística que busca, especialmente, evitar la imagen de la clasificación final del año pasado, con ningún estadounidense entre los seis primeros, y con Sean O’Hair y Nick Watney apareciendo en la séptima posición, empatados con el inglés Robert Rock.

En 2009, Yong eun Yang derribó una barrera del golf asiático al conseguir el PGA Championship

En 2009, Yong eun Yang derribó una barrera del golf asiático al conseguir el PGA Championship

En el plano internacional, los 100 puntos del OWGR, 600 de la FedEx Cup y los cinco millones de libras esterlinas que reparte en premios el Open Championship se antojan cercanos para un golf sudafricano que busca el triplete tras los triunfos de Louis Oosthuizen (32º, The Open Championship de 2010) y Charl Schwartzel (11º, The Masters Tournament de 2011), uno australiano que tiene en Jason Day (8º segundo en los dos primeros majors de la temporada) al nuevo candidato a ocupar el vacío trono de Greg Norman, con el permiso de Geoff Ogilvy (41º, The US Open Championship de 2007), y un golf asiático que ve en los consolidados Yong eun Yang (35º, PGA Championship de 2009) y K. J. Choi (13º, The Players Championship) y en el prometedor Ryo Ishikawa (líder de la lista de ganancias del circuito japonés en 2009 con tan solo dieciocho años) la ocasión de seguir la estela del aplastante dominio de las féminas en la LPGA.

Antes de terminar con nuestro análisis, dedicaremos unas palabras a las ausencias, donde brilla con luz propia el incierto presente de Tiger Woods (en la prensa internacional se comienza a apuntar a una nueva retirada temporal del ex número uno mundial), la persistente lesión de codo del sudafricano Tim Clark (The Players Championship de 2010), la lesión de espalda del fidjiano Vijay Singh y la absurda baja del francés Thomas Levet, fracturado en la pierna izquierda tras celebrar en el lago del 18 su victoria en el Alstom Open de France, circunstancias que han permitido que el danés Thomas Björn regrese al lugar donde hace ocho años vivió el mejor y el peor momento de su vida profesional. ¡Qué empiece el The Open!

1 comentario a “The Open Championship 2011: el golf europeo y la obligación de ganar en casa”

  1. El 15 de julio de 2011 almogo ha dicho:

    me gusta mucho el golf

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