Dejarse opción de birdie en cada uno de los 18 hoyos que juegas a lo largo de una jornada de competición siempre es síntoma de que tu juego ha sido bueno. Pero si además conviertes más de la mitad de ocasiones creadas, el resultado es simplemente sobresaliente. Es lo que le ocurrió a Tiger Woods en la segunda jornada del Northwestern Mutual World Challenge, donde gracias a diez birdies y ningún error en su tarjeta, lidera a mitad del torneo con un total de -11 con dos golpes de margen sobre su máximo perseguidor, Zach Johnson.
Tras su actuación del viernes en Sherwood Country Club, el número 1 del mundo dejó claro que su papel en esta prueba denominada coloquialmente como ‘el torneo de Tiger’ no es solo de anfitrión. Venía de arrancar con una vuelta de 71 golpes (-1), sus golpes en la cancha de prácticas del viernes no le habían dejado lo suficientemente satisfecho, pero una vez que se plantó en el tee del 1 mostró su faceta más letal, arrancando con dos birdies en sus dos primeros hoyos y prolongando hasta el final del recorrido su idilio particular con el campo para acabar firmando una tarjeta de 62 golpes que fue, cómo no, la mejor del día, mejorando en cinco impactos los demás resultados destacados.
Curiosamente, el primer hoyo en el que Tiger no hizo birdie, el hoyo 3, fue realmente donde se encendió la chispa que necesitaba Woods para encontrar la comodidad absoluta, una comodidad que dejó en la sombra el buen hacer de sus rivales. Los dos primeros birdies apuntados en su tarjeta eran asumidos por el jugador como algo prácticamente casual, ya que hasta su swing en el tee de salida del hoyo 3, no se encontró del todo a gusto con su manera de mover el palo. «Fue el primer swing que hice, incluso teniendo en cuenta los del calentamiento, con el que me sentí realmente bien. Intenté mantener esa sensación durante el resto del día y lo conseguí. Pegué muchos buenos golpes tras ése.»
El -10 del viernes supone la décima vez que Tiger firma una tarjeta igual o inferior a 62 golpes en un torneo. En seis de esas ocasiones ha acabado llevándose la victoria.
Su comportamiento del viernes fue el tema de conversación estrella de todos los presentes en Thousand Oaks. Matt Kuchar se compadecía del compañero de partido de Tiger. «Es impresionante lo que ha hecho Tiger. Un golf increíble. Me da pena Graeme McDowell. He visto que ha hecho -5 y le debe haber parecido que ha hecho +2 ó +3. Es duro estar emparejado con un jugador como él porque te hace sentir que no estás haciendo demasiado.»
McDowell, ‘el damnificado’, fue conciso al describir la vuelta de su pareja. «Ha sido un clinic. Lo he disfrutado. Ha sido genial ver el golf que ha jugado. Ha dejado la bola en el centro de la calle en cada hoyo»,.
El norirlandés es 5º tras su vuelta de 67 golpes. Zach Johnson ocupa la segunda plaza con un total de -9 tras su 68 (-4) de la segunda jornada y Matt Kuchar completa el grupo de perseguidores de Tiger con -8, a tres golpes del líder.
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