No había público para jalear al exnúmero 1 del mundo, pero Tiger Woods ha vuelto a colocarse en disposición de hacerse con otro título, el que sería tercero de su temporada, después de lograr un gran -4 en la tercera jornada del AT&T National.
En un Congressional Country Club maltrecho por los estragos de las tormentas nocturnas, que obligaron a cerrar el campo al público y limitar la presencia de personal al mínimo imprescindible, Tiger Woods se limitó a recibir las miradas y los aplausos de voluntarios y miembros de la prensa en unos espectaculares nueve primeros hoyos en los que solo necesitó cinco putts en los seis primeros hoyos.
Tiger, que ganó el AT&T National la última vez que se jugó en el campo de Maryland, está a un solo golpe del líder, el zimbabuense Brendon de Jonge, y empatado con el estadounidense Bo Van Pelt y Seung Yul Noh, la joven sensación coreana.
La victoria de Tiger no le permitiría escalar en el ranking mundial, pero serviría para disipar cualquier duda de cara a la Ryder Cup y para afrontar con otra cara los dos últimos majors de la temporada, además de servir de colofón ideal para un torneo que gestiona su fundación benéfica. Mientras tanto, De Jonge aún busca su primer título en el PGA Tour y es la tercera vez que lidera un torneo en el circuito estadounidense después de la tercera jornada.
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