Y por fin apareció la luz al fondo del túnel en el que parecía acorralado Tiger Woods. Un túnel que se antojaba interminable tras sus últimas actuaciones, en las que acumuló récords personales negativos en el Memorial Tournament y el US Open. Aún siendo pronto para valorar si el 66 (-4) de Woods nos confirma que el exnúmero 1 del mundo ha reencontrado su mejor versión, lo cierto es que su primera jornada en el The Greenbrier Classic dejó varios síntomas de un atisbo de recuperación.
Los hoyos de entrenamiento del miércoles ya indicaban que el Tiger del The Old White TPC era diferente al que sucumbió en Chambers Bay. Durante los seis primeros hoyos de competición, él mismo se encargó de confirmar este hecho acumulando tres birdies sin fallar ninguna calle. Ni rastro de los fallos desde el tee que le lastraron en el segundo major del año.
«Aunque ni mis resultados ni mis swings lo indicaban, yo sentía que no estaba tan lejos», declaraba tras firmar su vuelta más baja respecto al par en lo que va de temporada. Según él, su trabajo en la cancha de prácticas estaba siendo bueno y solo necesitaba coger el ritmo adecuado. Sin embargo, cuando parecía que lo tenía todo controlado, llegó el hoyo 17, su sexto del día, donde tras fallar su primera calle, apuntó el primer bogey a su tarjeta.
Saldados los nueve primeros hoyos en dos bajo par, amplió su registro con cuatro birdies más que pudieron darle un mejor resultado si no fuera por los problemas que tuvo alrededor de green en el hoyo 6, donde acabó con doble bogey. Su reacción tras este fallo fue sencillamente espectacular, con tres birdies consecutivos en los últimos hoyos. Tres únicos putts que sumados a los anteriores hacían un total de veinticinco en una vuelta en la que solo falló cuatro calles y cogió catorce greenes.
A un golpe de la duodécima plaza que ocupa Tiger acabó un Gonzalo Fernández-Castaño que también tuvo un gran día desde el tee, con casi un 86 % de calles cogidas. El madrileño firmó un 67 (-3) con el que finalizó en la vigésimo séptima plaza con cinco birdies y dos bogeys. Su mejor tramo llegó entre los hoyos 12 y 15, donde su ataque a las banderas acabó con tres birdies desde 2, 3 y 3 metros.
De este modo, Fernández-Castaño comenzará la segunda jornada a cinco golpes del líder Scott Langley. El americano entregó una impecable tarjeta con ocho birdies sin fallos que resultó en un genial 62. De este modo asume una ventaja de solo un golpe respecto a su compatriota Jonathan Byrd y el neozelandés Danny Lee.
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