Tiger Woods ha anunciado en su cuenta de Twitter que no jugará el AT&T National que se disputará la semana que viene en el Aronimink Golf Club de Pensilvania y que destina el dinero recaudado en sus iniciativas benéficas a la fundación del astro californiano.
“Por orden del médico me pierdo el #attnational. Estaré en Filadelfia para apoyar el torneo. Cada vez me siento más fuerte, aunque no estoy al 100%”, ha reflejado Tiger en Twitter hace unas horas.
Recordamos que a Woods le diagnosticaron un esguince de grado 1 del ligamento colateral medio de la rodilla izquierda y un esguince leve del tendón de Aquiles izquierdo, lesiones que se produjo al pegar el segundo golpe en el hoyo 17 de la tercera jornada del Masters de Augustadesde la pinaza del árbol de Eisenhower en una posición forzada. Woods acabó el Masters pero su lesión se agravó tras regresar prematuramente a la competición durante el The Players Championship.
Aunque la baja de Tiger no ha sorprendido a nadie (días antes del US Open se le vio todavía en muletas y con una férula), todo el mundo se pregunta si estará listo para el Open Championship que se disputará del 14 al 17 de julio en el campo de Royal St. George’s.
Tras el triunfo contundente de McIlroy en el US Open, el mundo del golf aguarda expectante un enfrentamiento directo entre ambos jugadores para comprobar si se escenifica el cambio de guardia apuntado por la victoria del norirlandés.
De momento, los corredores de apuestas de Las Vegas ya dan por hecho el cambio y otorgan a Tiger Woods unas probabilidades de 15 a 1 para ganar el Open, las peores que se le han asignado desde antes de su victoria de 1997 en el Masters e iguales a las que Lee Westwood y Luke Donald.
El favorito para los expertos de la Ciudad del Pecado, como no podía ser de otro modo, es Rory McIlroy, que se pagaría 6 a 1.
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