Open Championship by Decathlon
Tiger Woods: «Sé que algunos me dais por muerto y enterrado, pero sigo ante vosotros»
Redacción | 14 de julio de 2015
Ocupará el puesto 241º del mundo, pero cuando Tiger Woods habla en St. Andrews, el mundo del golf escucha. El ganador de dos ediciones del Open Championship en la «cuna del golf» se ha pasado por la sala de prensa del tercer major de la temporada y ha ofrecido su punto de vista acerca de sus opciones y la configuración del campo.
En primer lugar, Tiger se ha referido a lo cambiado que ha encontrado el campo, un recorrido inusualmente blando para lo que suele estilarse en el Old Course y que obligará a los jugadores a hacer ciertos ajustes.
«Se está jugando algo distinto que en Opens anteriores o en los Opens que yo he jugado. Está más blando y se reblandecerá más con la previsión para el viernes. La única vez que lo he visto así fue cuando jugamos la Dunhill Cup en 1998. Hacía frío y estaba blando, y aunque ahora no hace tanto frío, la firmeza es similar. Ayer hice backspin con dos wedges y no recuerdo haberlo logrado nunca en este campo. Vamos a tener que hacer que la bola vaya más profunda en los tiros a green», resumía el estadounidense.
Evidentemente, no podía faltar la pregunta sobre las peculiaridades del campo. Nadie mejor que un doble campeón para analizar qué hace tan especial a la sede del Open 2015.
«Me encanta la creatividad. Tienes que ser capaz de pegar todo tipo de golpes. Lo primero que me dijeron de St. Andrews era que solo había que pegarle todo lo duro que pudieras y apuntar a la izquierda. El campo no se juega así. Necesitas atacar desde los ángulos adecuados. Con los años he aprendido a jugar el campo en todo tipo de condiciones ventosas y cambia mucho. Hay que poner la bola en ciertos lugares de la calle para dejarla cerca. Siempre me ha gustado ese tipo de planificación y la estrategia que lleva aparejada. Un cambio en el viento de cinco grados cambia el campo por completo y siempre me ha parecido fascinante», explicaba Woods.
El estadounidense está viviendo una auténtica montaña rusa esta temporada, aunque su rendimiento en The Greenbrier Classic le hace ser optimista.
«Hubo un gran cambio que sirvió de punto de inflexión en Memorial este año. La verdad es que fue muy duro. No es el campo más fácil del mundo, pero lo hice y luego acabé jugando bien en Greenbrier, y probablemente el domingo fuera mi mejor día de los dos últimos años», recuerda. «Fue la primera vez que lideraba en cercaná al hoyo con mis hierros en no sé cuántos años. Fue una muy buena señal. Aunque pateé fatal aquella semana, me quedé a cuatro golpes del playoff».
Los resultados abultados de esta temporada han hecho que se hable más de su desplome que de su posible vuelta a la élite. La palabra «retirada» surgió en la rueda de prensa, pero a Woods aún no se le ha pasado por la cabeza.
«¿Retirada? Todavía no tengo la tarjeta del Imserso, así que me queda mucho. Creo que mi cuerpo por fin está curado de la operación del año pasado. Hay quien dice que se tardan entre cuatro y seis meses en volver, pero he oído a muchos compañeros del circuito que se han operado y otros deportistas dicen que hace falta un año. Probablemente tengan razón y se acerque más al año. Habría sido distinto si me hubiera operado y tuviera el mismo swing, pero lo he cambiado, con lo que me he enfrentado a dos dificultades al mismo tiempo».
Y del mismo modo que no piensa en la retirada, tampoco renuncia al récord de 18 majors de Jack Nicklaus, aunque su trayectoria en los seis últimos años y la irrupción de rivales como McIlroy o Spieth cada vez complican más su objetivo.
«En absoluto renuncio. Sigo siendo joven. Aún no he cumplido 40. Sé que algunos pensáis que estoy muerto y enterrado, pero sigo ante vosotros. Me gusta jugar. Me gusta competir y me gusta jugar en estos torneos».
Deja un comentario