Un campo empapado, un hoyo recortado, una remontada del héroe local y un triple empate en cabeza en una jornada inconclusa. Con estas cuatro pinceladas bastaría para esbozar la segunda y atípica vuelta del AT&T Byron Nelson Championship, afectada por las cuantiosas lluvias caídas sobre el campo texano durante la noche del jueves.
Para empezar, el agua obligó a recortar uno de los hoyos más significativos del campo, el durísimo hoyo 14, a un par 3 «de juguete» (al menos para estos jugadores) de unos 95 metros en el que Gary Woodland logró un hoyo en uno a causa de la inundación. Pero más allá de la anécdota del cambio de par en la segunda vuelta (69), hay que destacar el gran número de vueltas destacadas en un campo vulnerable a causa de la blandura de sus greens.
Uno de quienes lo aprovechó fue el novato Jon Curran, que entregaba su mejor tarjeta en su corta carrera en el PGA Tour, un 63 que le lleva a compartir el liderato con el texano Jimmy Walker y el australiano Steve Bowditch, líder tras los primeros 18 hoyos, con -9.
Precisamente el favor de los locales estará repartido entre dos de sus hijos predilectos, el mencionado Walker y un Jordan Spieth que escaló en la clasificación merced a su gran 64 para colocarse undécimo a tres impactos de los líderes.
«Al menos me he colocado para tener la oportunidad de hacer algo de ruido. Los dos próximos días voy a necesitar vueltas como las de hoy para ganar, pero ya me he colocado en la pelea. A ver qué pasa», declaraba el oriundo de Dallas, que juega su primer torneo en el estado que lo vio nacer desde que ganó el Masters.
El único español presente en el torneo, Gonzalo Fernández-Castaño, ocupa la nonagésimo novena plaza con +1 en el global a falta de cuatro hoyos para terminar la segunda vuelta, y necesitaría al menos tres birdies en los compromisos que le restan para jugar los 36 hoyos finales.
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