Troy Matteson ha pasado lo que llevamos de la temporada muy lejos de jugar a un buen nivel. Hasta once cortes ha llegado a fallar en los veintiún torneos que lleva disputados, una cifra bastante alejada de lo que podría considerarse un juego consistente. Eso no quita, sin embargo, que durante unos días pueda llegar a rayar la perfección y es justo la forma en que ha arrancado el John Deere Classic. Diez birdies, ocho pares y lo que es más sorprendente, solo ha encadenado dos seguidos. Cuando vemos una vuelta de diez bajo par solemos encontrar una franja de hoyos en las que el jugador se ha visto especialmente confiado y no ha fallado un solo golpe. Matteson ha jugado a ese nivel durante toda la vuelta.
Ésta es una de las razones por las que ganar un torneo de golf es hartamente complicado. Cualquiera es susceptible de tener por delante una semana en la que parece estar jugando un deporte distinto al que tantos quebraderos de cabeza suele producir. A tres golpes del líder, Rickie Barnes firmó 64 impactos para ocupar la segunda plaza en solitario. El John Deere Classic no ha hecho sino comenzar, y ya hay casi cien jugadores bajo el par del campo. La semana se antoja llena de birdies.
En medio de este festival de golpes cercanos a bandera, el jugador que ha ganado este torneo en las tres últimas ocasiones finalizaba con seis menos, ocupando la tercera posición empatado y prolongando su idilio con el TPC Deere Run. Steve Stricker juega este recorrido de memoria y cada temporada podemos recordar golpes similares de años pasados. Esta vez llegó en el hoyo 14 en su segundo golpe a bandera, desde unas 80 yardas, en donde Stricker conseguía el eagle por tercera vez en sus últimas cuatro apariciones. El impacto define a la perfección su despliegue en este torneo: tiro ciego en una distancia que controla perfectamente, bote a un metro de bandera y la bola rondando hasta el hoyo. No son victorias por aplastamiento sino que en este campo y en esta franja del año, Stricker puede embocar desde cualquier sitio.
Solo cuatro jugadores en la historia han conseguido ganar un torneo en cuatro ediciones consecutivas. Young Tom Morris, Walter Hagen, Gene Sarazen y Tiger Woods han dominado una competición hasta el punto de quitar a los posibles favoritos de la ecuación. Son ellos solos contra el resto, el circuito entero contra un jugador en un estado de forma pletórico. Troy Matteson comienza la semana con un resultado que indica esta clase de momento y tendrá el desafío por delante de mantenerlo durante tres días más. En cuanto a Stricker, sería extraño no verle embocando para eagle en algún otro par 4.
Junto a él, un grupo de seis jugadores ocupan la tercera posición con seis impactos bajo el par. Robert Garrigus, Scott Piercy, K.J. Choi, Brian Harman, Luke Guthrie y Gary Christian seguirán buscando los birdies en la segunda jornada a sabiendas de que, a pesar de su buen resultado, el John Deere Classic no ha hecho sino comenzar con una línea muy clara: si no entran los putts, ganar se antoja imposible. Matteson ha metido hoy prácticamente todos en los que tenía la más mínima oportunidad, Barnes ha destacado el trabajo que ha llevado a cabo para mejorar esta parte de su juego y Stricker lleva siendo una referencia en los greenes durante los últimos años. La victoria, esta semana más que nunca, estará en los últimos metros hasta el hoyo.
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