Después de las dos primeras cribas, únicamente los mejores setenta jugadores por ranking de la FedEx Cup tienen derecho a estar en Denver esta semana, y tras la ausencia obligada de Dustin Johnson serán sesenta y nueve los que estén en Cherry Hills. Entre ellos, los mejores veinte del ranking mundial (excepto Tiger por lesión y Dustin Johnson por sanción) lo que da una clara idea del nivel de torneo del que estamos hablando.
Sin la presión de la Ryder en la espalda de algunos de los participantes el objetivo es entrar dentro de los treinta primeros para poder participar en el fin de fiesta que es el TOUR Championship by Coca Cola de la semana que viene y optar al bonus de los 10 millones de dólares.
Además de la lucha por entrar en el lucrativo último playoff, hay también una batalla importante por terminar dentro de los cinco primeros del ranking al finalizar el domingo el torneo. La razón es sencilla: los cinco primeros tienen el destino de los 10 millones en sus manos y, si logran la victoria en la prueba final, se llevarán el botín. De esta manera, tal como está de apretada la clasificación, cualquiera de los que jugarán en Denver podría entrar en el top 5 con una victoria. Además, de los que se emplazan actualmente en el top 24 de la FedEx Cup, cualquiera podría levantar de su sitio a Chris Kirk, líder actual del ranking. En este tramo definitivo de la temporada, dos victorias consecutivas podrían suponer un cambio drástico en las carreras de muchos y la solución definitiva a las compras de Navidad (de unas cuantas generaciones).
En la tesitura de entrar dentro de los 30 primeros está Mickelson, que va a rebufo, pasando rondas con el aliento fuera y salvando obstáculos desde la temporada regular para meterse en los playoffs y sufriendo para pasar las vallas ya dentro. Actualmente se encuentra en la 56ª posición y tendrá que ponerse las pilas si quiere estar por octava vez consecutiva en el último playoff, aunque esta vez puede resultar más fácil porque de alguna manera juega en territorio amigo. En 1990, en Cherry Hills, Mickelson ganaba su único US Amateur del que mencionaba que “todavía tengo en mi memoria un imagen de cada hoyo de hace 24 años”. De momento, tendrá cuatro días (el torneo no presenta corte) para volver a brillar en Denver y entrar por la puerta grande al TOUR Championship.
Vuelta a la competición de Sergio García que, tras su ausencia en el Deutsche Bank , ha visto como se desplazaba hasta la vigésimo tercera posición del ranking. En cualquier caso, tendríamos que ponernos en el peor de los escenarios para que Sergio no estuviera en Atlanta la semana que viene. El de Borriol decidió parar después de bajar el pistón en sus dos últimas participaciones tras el PGA Championship en un verano para recordar y esperemos que el lapso le haya servido para coger fuerzas y volver a estar luchando hasta el domingo por el triunfo.
Junto a Sergio, la lista de sospechosos habituales para llevarse el triunfo la podemos completar con casi una docena de jugadores, entre ellos Jason Day al que se le volvió a escapar el triunfo en el último día del Deutsche Bank después de una semana de juego estupenda. Dan ganas de que el australiano gane solo por la perseverancia que muestra, la fe y el compromiso con su juego alegre y agresivo, pero parece que los dioses del golf están a otras cosas más mundanas como caer en calle muchas veces y llegar bien a green.
Rory McIlroy, Adam Scott, Matt Kuchar, Jim Furyk o Zach Johnson, ganador del año pasado, están en las quinielas de todos los gurús de los medios, y habrá que ver el comportamiento de los recién elegidos para formar parte del equipo estadounidense. Hunter Mahan, Keegan Bradley y, sobre todo, Webb Simpson tendrán una buena oportunidad para demostrar a las voces que pedían la inclusión de Chris Kirk en el equipo que Watson no se ha equivocado. Atentos a Geoff Ogilvy, que desde que consiguiera con la victoria en el Barracuda entrar en los playoffs y conservar la tarjeta ha cogido confianza y la semana pasada firmó un excelente segundo puesto que le valió estar en Denver.
Por tanto, muchas batallas se van a dirimir en el penúltimo de los torneos de la temporada antes de que llegue la Ryder Cup y, sobre todo, la posibilidad de conseguir diez millones de euros que espera a treinta de los que estarán jugando en Cherry Hills esta semana.
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