Las ruedas de prensa finales de un US Open, dada la habitual dureza del torneo, parecen una recopilación de epitafios y últimas voluntades de jugadores vencidos por el campo que toque, y en esta ocasión The Olympic Club se ha mostrado especialmente cruel… salvo para Webb Simpson, obviamente. Aquí tenéis una recopilación de las declaraciones más jugosas de la última jornada de este US Open 2012.
“No tengo palabras. Le doy las gracias a Dios. No habría podido hacerlo sin él”. —Webb Simpson, ganador del US Open y fervoroso creyente.
“El tee estaba adelantado 100 yardas. Sé que la USGA nos pasa una nota indicando que se jugará desde distintos tees, pero no hay manera de prepararse para 100 yardas”. —Jim Furyk, refiriéndose a lo despistado que estaba en el tee adelantado del 16, par 5 de 670 yardas, despiste que se reflejó en una salida deficiente que desembocó en un bogey decisivo.
“Tengo emociones encontradas. Decepción, desencanto, orgullo… pero, sobre todo, frustración porque solo he cogido tres calles. Estamos en el US Open y no se puede hacer eso”. —Graeme McDowell, encajando la derrota después de luchar hasta el final.
“En cuanto al futuro, como ya he dicho, aún no he tomado una decisión. Tengo que hablarlo a fondo con mi familia”. —Patrick Cantlay, pocas horas antes de que Golf Digest anunciara su fichaje por Excel Sports Management, la agencia dirigida por Mark Steinberg que también lleva a Tiger Woods.
“Si no jugabas al golf de manera perfecta, el campo te castigaba duramente… y yo he estado muy lejos de la perfección”. —Phil Mickelson, después de acabar en la posición sexagésimo quinta con +16.
“La preparación del campo ha sido fenomenal. Ojalá pudiéramos jugar en un campo así todas las semanas. Ha sido difícil, pero muy justo”. —El batallador Padraig Harrington, que se quedó a solo dos golpes de Webb Simpson en la clasificación.
“Me ilusiona mi regularidad, lo bien que le he pegado a la bola toda la semana. No he fallado por tanto. Los fallos han sido por muy poco, pero este campo es tan exigente que acabas pagándolo”. —Tiger Woods, cuando le preguntaron si estaba cerca de alcanzar los objetivos que se había marcado junto a Sean Foley.
“Quería que me trataran como a cualquier otro jugador. A un torneo no voy a aprender, sino a competir”. —Beau Hossler, con 17 años y las cosas muy claras.
“Estos torneos son muy emotivos, pero no ya no me dejo llevar tanto. Antes me sacaban de quicio y me dejaban agotado, pero mi vida ya no va a cambiar y ahora los entiendo mejor. Me encanta lo que hago”. —Michael Allen, socio de Olympic Club y jugador del Champions Tour.
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