Este sitio emplea cookies de Google para analizar el tráfico. Google recibe información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies.

Zona Pro

Un ajuste de cuentas

Enrique Soto | 19 de agosto de 2012

Hasta dieciséis jugadores siguen al español en un margen de cuatro golpes

Sergio García recupera la precisión desde el tee de salida en el Wyndham Championship, promediando más de un setenta por ciento de aciertos, y la maquinaria empieza a funcionar de nuevo. Puede que se trate de un pequeño ajuste, una pieza que andaba suelta, pero su driver ha funcionado como la pequeña polea que hace moverse al resto de mecanismos. Puede que ésta no sea su mejor semana con el putter en la manos o puede que haya pegado mejores hierros durante otros torneos esta temporada, pero García cuenta con una certeza en cada hoyo del Sedgefield Country Club en la que no confiaba los últimos meses: va a poder atacar banderas con garantías, una y otra vez.

El cambio también afecta a sus heridas más profundas. La confianza en sus posibilidades era su talón de Aquiles particular, el que le alejaba de pasar cortes por un solo golpe o el que difuminaba semanas que, aunque no tan brillantes, merecían un final mejor. “Nunca podré ganar un grande”. Lo que puede cambiar este deporte cuando se encuentra una sola certeza en el recorrido, un argumento que te haga pasar automáticamente al siguiente impacto, como si de un trámite burocrático hasta el hoyo se tratara. La lluvia hacía acto de presencia al final de la segunda jornada del torneo y dejaba el rough pesado, duro, y la hierba segada al ras como la única vía hacia los birdies. Sergio conseguía 66 golpes a la tarde siguiente.

Y por primera vez desde 2009, en este mismo torneo, vuelve a liderar en el PGA Tour. Por sus palabras parecía que nunca volveríamos a leer primero su nombre en la tabla pero no eran más que las trampas que en ocasiones plantea García, las que también se pronuncia así mismo. “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, decía Arquímedes. Bueno, en esta ocasión era solo una parte del juego que otorga a las demás una oportunidad constante de mejora y que, sobre todo, reviste de una consistencia marmórea al golf del español. En la tercera jornada cometió su segundo bogey de la semana, el primero en 32 hoyos.

Así fue como el motor volvió a ronronear. Lo que viene después es un ajuste de cuentas. En primer lugar consigo mismo, donde el jugador desconfiado e indeciso surge desde el rough y consigue por cuarto día consecutivo jugar por debajo del par del campo. En segundo lugar con Jose María Olazábal, enviando un mensaje certificado con el sello de la Ryder Cup con solo dos palabras en el interior del sobre: Sergio García. Y en tercero un ajuste mucho más importante y que determinará en gran medida su carrera profesional más inmediata. La firme convicción de que en el golf, como en cualquier otro deporte, no siempre gana el que mejor juega o el mayor talento, sino el que cree que puede conseguirlo. Y eso funciona como la gravedad, ley universal todas y cada una de las semanas del año.

Hasta dieciséis jugadores se encuentran en un radio de cuatro golpes de García y la cuarta y última jornada se antoja peligrosa. En el mismo escenario que viera ganar a Stuart Appleby por última vez gracias a un 59, la batalla final se antoja una carrera por hacer más daño al recorrido. El más sanguinario y cerril de todos recogerá un título que da dos años de exención en el circuito, el acceso al Masters y al PGA Championship, y en el caso de unos pocos elegidos una invitación al Medinah Country Club la última semana de septiembre. Pueden ser Bud Cauley o Tim Clark, a un golpe del liderato con menos trece, o Jason Dufner, Harris English o Carl Pettersson, que se encuentran a dos. De poco importa ese único impacto de ventaja en una situación similar, el liderato no existe en el Wyndham Championship, un solo atisbo de perdón en forma de putt corto que se escapa y los aspirantes se han hecho con la presa.

La tercera jornada fue la hora de la verdad, en la que Sergio confirmaba que estaba listo para ganar de nuevo. Los domingos, como lo han sido siempre, el momento indicado para ajustar cuentas.

Deja un comentario

Si estás registrado, la publicación de tus comentarios será instantánea. Asegúrate de escribir correctamente tanto tu nombre de usuario como la dirección de correo electrónico que incluiste durante el registro.
Si no estás registrado, tus comentarios quedarán pendientes de moderación. Regístrate aquí.

Comentario: