Es un torneo que parece gafado, víctima de un mal de ojo por parte de los elementos. El Nelson Mandela Championship se vio reducido a 36 hoyos en 2012 y el par del campo pasó a ser 65 por las continuas lluvias que azotaron aquella semana el Royal Durban Country Club. Fue un intento de competición seria, en la que se llegó a ver a Eduardo de la Riva, participante en el playoff, tirando bolas a una red situada a cinco metros de una alfombrilla de prácticas. Doce meses después se cambió de sede, esperando que el desenlace fuera, cuanto menos, normal. No están teniendo suerte.
Puede que sea porque celebrar un torneo en diciembre, en Durban, sea cuanto menos imposible. A orillas del Índico llueve con tanta fuerza que el propio océano parece verterse sobre la tierra durante unas cuantas horas, como sucedió el martes por la noche. Primera jornada suspendida durante siete horas y más de la mitad de participantes en casa club, mirando al cielo y pensando a qué hora deberían poner el despertador al día siguiente. Fue temprano, a las seis para el primer partido, pero ni eso fue una ayuda para esquivar las nubes. Cuatro horas después, volvieron a convertir el torneo en un amago de golf, con intervalos.
Daniel Brooks sigue haciendo valer su menos ocho como valor más alto de la clasificación, seguido de François Calmels con menos siete. Tiempo para aprender nuevos nombres, que dijimos ayer. Pocos cambios se vieron hoy más allá del amenazante menos seis de uno de los integrantes del escuadrón que busca honrar a Mandiba, Oliver Bekker. En catorce hoyos, aprovechó los suaves greenes del Mount Edgecome Country Club para firmar seis birdies, alzándose a la tercera plaza con todavía cuatro por jugar. “Solo puedes agachar la cabeza y aguantarte”, declaró el protagonista sobre la situación del campeonato. “No puedes hacer nada para cambiarlo. Si puedes superar la batalla mental y aceptar que la situación es la misma para todos, creo que ya has superado a la mitad de jugadores”.
Será probablemente una de las claves esta semana: aislarse tanto del entorno que rodea la competición y las decisiones del comité y salir a jugar como si de un día cualquiera se tratara. Branden Grace y Darren Fichardt siguieron a su compatriota en el camino hacia Mandela, y en trece y doce hoyos, respectivamente, recortaron cuatro impactos al recorrido. Son octavos en la tabla, a otros cuatro de un liderato incierto pero que, por el simple hecho de haber finalizado su ronda, tiene mucho ganado.
Adrián Otaegui es el mejor español en Durban, tras marchar con una vuelta de menos tres en el hoyo 17. Carlos del Moral sigue con su menos uno del miércoles, al que también ha llegado Pablo Martín en doce hoyos. José Manuel Lara finalizó con más uno, al igual que Jorge Campillo en sus primeros quince hoyos. En 2012 fueron 36 hoyos. Veremos si llegan a eso en 2013.
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