Cuando hablamos de consistencia solemos referirnos a aquellos jugadores que cogen un gran número de calles o greenes, desplegando una sucesión de golpes que siempre les alejan de los grandes fallos. Es habitual que estos profesionales no fallen cortes y que se encuentren siempre en disposición de hacer una vuelta baja; todo depende de lo acertados que estén con el putter en las manos. Pero el nivel de fiabilidad que ha demostrado tener Dawie Van Der Walt durante todo el Tshwane Open es un paso más hacia lo que sería un torneo perfecto, es decir, cuatro días consecutivos sin errores y tirando para birdie en cada uno de los hoyos. El sudafricano jugó 63 hasta que, por fin, en la última jornada, llegó su primer bogey.
No existen muchos antecedentes de una gesta similar en el Circuito Europeo. Uno de los últimos vino de las manos de Brandt Snedeker, que un escenario mucho más importante llegó a jugar 36 hoyos sin cometer un solo error (Open Championship de 2012). La dificultad no reside tanto en el campo, sino en gestionar la presión cuando la victoria está tan cerca, cuando cada golpe es un paso gigantesco hacia el triunfo. Charl Coetzee era el líder del torneo hasta que en la última jornada cometió los mismo bogeys que en las tres anteriores; Mark Tullo, también con opciones, se desmoronó en los nueve segundos hoyos hasta llegar a los 42 golpes… Lo vemos cada semana. A medida que se acerca el final, responder a la exigencia es más complicado.
Por eso el que el número 436 del Ranking Mundial haya ganado con un despliegue de este calibre habla de un jugador con un potencial importante, suficiente como para repetir esta gesta en más ocasiones. Van Der Walt tenía en frente a Darren Fichardt, vencedor hace bien poco en el Africa Open y único adversario capaz de plantarle cara en los últimos hoyos del torneo. La cuarta y definitiva jornada se convirtió en un duelo entre ambos, en el que Dawie cogió diecisiete greenes y doce de catorce calles posibles. Poco pudo hacer su adversario. Fichardt se quedó en 69 impactos (menos tres) y Van Der Walt llegó a los 67, ganando por primera vez en un circuito importante y confirmando la quinta victoria sudafricana en los seis torneos que el European Tour ha disputado en este país en 2013.
“Estoy muy contento por haber jugado bien y conseguido ganar, porque puedes llegar a jugar muy bien y no hacerlo”, comentó en rueda de prensa. “El golf es un deporte en el que no tienes muchas opciones de victoria, y hacerlo es algo fantástico. Pegué a la bola muy bien y nunca tuve que chipear, que no es mi fuerte. Si coges muchos greenes y no haces tres putts el resultado va a ser bueno”. Después de haber probado suerte en muchos circuitos alrededor del mundo (Challenge, Web.com, Sunshine Tour…) Van Der Walt podrá planificar el resto de la temporada con más tranquilidad, y a buen seguro que su golf lo agradece.
Otro sudafricano, Louis De Jager, finalizó en tercera posición con un acumulado de menos dieciocho, a tres de la victoria, mientras que el estadounidense Peter Uihlein le siguió en cuarta posición con menos diecisiete. Björn Akesson firmó una de las mejores vueltas del día con 65 impactos y ascendió hasta la quinta plaza, empatando con Danny Willet y Charl Coetzee.
Jorge Campillo fue el mejor español con un global de menos seis, en quincuagésimo octava posición, mientras que José María Olazábal fue septuagésimo sexto con mas tres, en una semana poco positiva para los representantes de la armada.
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