De nuevo, en la semana del Open Championship disfrutamos de la presencia en nuestras páginas de Javier Pinedo, referente en el periodismo de golf en nuestro país, que nos traerá una serie de artículos basados en sus recuerdos y vivencias en el Old Course de St. Andrews, la cuna del golf.
Mi primer Open en St Andrews fue el de 1995, el año de John Daly, ya que en 1990 estuve en Madrid haciendo los comentarios para Telemadrid. Pero no era mi primera visita a la cuna del golf, pues ya había estado en dos ocasiones en una Dunhill y conocía muy bien el Old Course. No obstante, la impresión fue grande al llegar para cubrir un Open; si existe el matrimonio perfecto, en el golf desde luego ese es el de St Andrews con el Open Championship.
El Open es una comunión ideal entre público, campo y jugadores, pero en St Andrews cobra todavía otra dimensión más porque es bastante frecuente compartir vida con los jugadores por el pueblo, lo que hace que el torneo se viva de manera diferente. Eso es precisamente lo que nos sucedió aquel domingo de cierre de Open cuando para nuestra enorme sorpresa, mientras estábamos desayunando en uno de los establecimientos del pueblo junto a Nacho Gervás, Fernando Robles, entonces productor en Canal Plus, Gerardo Riquelme, mi querido compañero de Marca, y Luis Mendiola, de El Periódico de Cataluña, apareció y se sentó al lado nuestro para desayunar Michael Campbell, que horas más tarde iba a salir en el partido estelar pues era el líder del torneo.
Todos hicimos la misma reflexión cuando, en un lugar normal (la verdad es que el “antro” no era nada fashion) y como si fuese un día normal, Campbell se puso a desayunar mientras repartía sonrisas a todo el que se le acercaba, aunque fueron bien pocos ya que nadie quería molestar.
Evidentemente, como buenos periodistas creímos tener el artículo perfecto para el lunes con el siguiente titular, “Desayuné con el ganador”, aunque solo intercambiamos unos hola y adiós y unas palabras de ánimo que Campbell agradeció. Pero para nosotros aquel desayuno era un verdadero tesoro al que le podíamos sacar mucho jugo.
Pero el “kiwi” que tan dominador se mostró durante tres días se vino abajo el domingo dejándonos con un palmo de narices, ya que nuestro artículo se fue al garete pese a la victoria del llamativo John Daly. Sin embargo, de aquella mañana de domingo me queda un recuerdo delicioso pues el tema dio para muchas risas con Gerardo y con Luis. Pero sobre todo aquella mañana me demostró lo mucho que le debe el Open a St Andrews y este al Open. El Open cobra toda su dimensión cuando se juega en el Old Course y por eso todos buscan una victoria que solo puede darse cada cinco años y que tiene más importancia que cualquier otra.
Javier Pinedo es la voz del golf en nuestro país. Este periodista especializado atesora un currículum inigualable y lleva en el «zurrón» innumerables majors, Ryder Cups y competiciones de primer nivel. Gracias a su experiencia y conocimientos, se ha convertido en una referencia ineludible tanto en las retransmisiones televisivas de Canal+ Golf como en su columna en la revista Golf Digest. Esta semana Javier Pinedo nos acompañará con una serie de artículos acerca de sus recuerdos y vivencias asociados al Open Championship en St. Andrews.
Deja un comentario