Zona Pro
Un RBC Canadian Open con ecos del pasado
Enrique Soto | 25 de julio de 2012
Jim Furyk intentará conseguir su tercer triunfo en este torneo
El tercer torneo más antiguo de la historia, solo superado por el Open Championship y el U.S. Open, se disputa esta semana en el Hamilton Golf & Country Club. Apenas han pasado unos días desde que Ernie Els se alzara con la jarra de clarete en Royal Lytham, pero ya se le está esperando esta semana en Canadá para la disputa del RBC Canadian Open, el llamado quinto grande hace unas décadas. Y es que este torneo ha visto cómo Arnold Palmer ganaba la primera de sus sesenta y un victorias en el PGA Tour, cómo Lee Trevino completaba la triple corona (U.S. Open, Open Championship y Canadian Open) en 1971 o cómo Tiger Woods le igualaba en el año 2000, gracias a uno de los golpes más antológicos de su carrera.
Las fechas en las que se celebra no son las más idóneas para contar con los mejores jugadores del circuito. La mayoría, sobrecargados de torneos en esta época del año, evitan volar desde las islas británicas para jugar al otro lado del Atlántico dado que no son las mejores condiciones para afrontar una competición tan exigente. Sin embargo, llama la atención cómo Hunter Mahan, Matt Kuchar, Brandt Snedeker, Charl Schwartzel o el propio Ernie Els han decidido presentarse en Ancaster (Ontario) para competir una semana más. Esto se debe a que el Abierto de Canadá es uno de esos torneos que a los jugadores les gustaría ganar. Por su historia, por sus antiguos vencedores y porque también saben que la historia del golf está muy ligada a este país.
El recorrido donde se disputa esta 103ª edición está considerado uno de los tres mejores campos canadienses y, al igual que la competición que alberga, es de una portentosa longevidad. Fue fundado en 1892 y movido a su actual ubicación en 1914, siendo la sede del Abierto de Canadá en cinco ocasiones. Un par 70 con greenes pequeños que ya provocó estragos hace seis años, haciendo que la media de golpes al finalizar el torneo fuera sobre par. Diseñado por Harry Colt, será todo un desafío para aquellos jugadores a los que les gusta mover la bola, denominados a veces “ball-strikers”. Una vez más, la tradición del golf no va unida a recorridos de enormes dimensiones sino a un diseño de proporciones moderadas, en las que jugar el palo correcto o saber mover la bola es más importante que sumar metros desde los tees de salida.
Jim Fuyrk es uno de los más fieles a esta prueba del calendario. El estadounidense ha ganado aquí en dos ocasiones y no llega precisamente en mala forma: dos top 10 esta temporada y peleando por el U.S. Open hasta los últimos hoyos, donde terminó finalmente en cuarta posición. La experiencia nos dice que cuando Furyk se acerca tantas veces a los primeros puestos una victoria se antoja irremediable. Bastaba verle en el hoyo 18 de Olympic Club, con su bola hundida en un bunker a la izquierda de green, intentando embocar para forzar un playoff con Webb Simpson. El hambre competitiva de “Jimmy Furyk” (como le llama Graeme McDowell) es voraz y constante, y no sería de extrañar que esta semana flirteara con las primeras posiciones.
El golf vuelve esta semana a un país que ha actuado como uno de sus principales promotores durante el pasado siglo, en un campo que ha visto cómo J. Douglas Edgar ganaba a Bobby Jones o cómo Tommy Armour ganaba la segunda edición del torneo que albergaba. Puede que no esté el número uno del mundo (un habitual también en esta prueba) o el mismo Tiger Woods, pero hay mucho golf pendiente esta semana en el Hamilton Golf & Country Club.
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