La corbata de Javier Colomo acabó oliendo a champán. En el green del 18 del Club Zaudín Golf, tras cuatro jornadas de lucha en la final del Peugeot Tour, su amigo Juan Parrón le trataba como el campeón que era, bañándole en champán para celebrar una victoria muy trabajada que ponía fin a una sucesión de torneos de gran juego pero discretos resultados.
El jugador cacereño venía jugando a un nivel «inhumano» en las últimas semanas en lo que a juego largo se refiere pero una semana tras otra, las opciones de victoria o de incluso estar ahí arriba, se le iban en los greenes. Le ocurrió en el Campeonato de España de Profesionales en El Valle, donde según Colomo, su cuadragésimo puesto no refleja fielmente el juego desplegado.
Le volvió a ocurrir lo mismo en la final del Circuito de Profesionales de Madrid celebrada en Layos, campo complicado que fue azotado por endiablados vientos durante las dos jornadas de competición. Tras comenzar con 78 golpes, Colomo remontó posiciones con un buen 70 (-2) que una vez más fue escasa recompensa para la calidad exhibida con el juego largo. «Me podía haber hecho -6 fácilmente», indica el jugador. Pero una vez más, los putts no entraban.
Desesperado, le comentó su situación a su entrenador Kiko Luna. Eran demasiados golpes perdidos en los greenes y algo había que cambiar. Juntos, con un putter normal, improvisaron unas acciones de belly putter con las que Colomo quedó encantado. La bola salía por donde quería, rodaba bien y acababa en el hoyo. Perfecto. Sólo quedaba hacerse con un verdadero belly putter para viajar a Sevilla a la final del Peugeot Tour.
El problema es que él nunca había pateado con belly putter. Necesitaba uno con urgencia antes de irse a la que era la cita más importante del año. Llamó a varias tiendas de Madrid pero la suerte se ponía en su contra. Parecía surrealista pero no había belly putters. Impotencia. Había encontrado la solución a su problema y parecía misión imposible encontrar un belly putter.
Pensando en jugadores conocidos y amigos que lo usaran, le vino a la mente Jorge Simón, amateur de la Federación de Golf de Madrid que entrena a diario en el Centro Nacional. Afortunadamente, los torneos para Simón no volvían hasta febrero así que dio vía libre a Colomo para que se llevara el belly putter a Sevilla.
Un regalo, según se ha visto posteriormente, de valor incalculable, que le hizo ganar los 12.500 euros del primer premio de la final del Peugeot Tour. Un dinero que puede acabar siendo invertido para ir a la escuela del Asian Tour junto a otros jugadores como Pablo Herrería o Carlos Balmaseda. Habrá que negociar con Jorge Simón si hay que sacar el visado al belly putter.
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