En la vida todos los instantes son únicos, es de perogrullo, pero hay algunos que se graban a fuego y te dejan marcado. El que he tenido la suerte de vivir en Medinah es uno de ellos. Para mí estar en esta trigésimo novena edición de la Ryder Cup ya era un sueño, pero jamás hubiese pensado que iba a ser testigo de excepción y en primera fila de una remontada épica por parte del equipo europeo, de tal torrente de emociones y sensaciones que no sé muy bien por dónde empezar a desgranar todo lo que he visto.
Probablemente, las imágenes, tuits y menciones en las redes sociales sean la mejor manera de ver el subidón de tarde que hemos tenido en Medinah. Probablemente este sea también el peor artículo de los diarios que a lo largo de esta semana os he ido enviando desde este Media Center. Aunque me apasione el golf y sepa de qué va esto, creo que tardaré unos cuantos días, semanas tal vez, para dimensionar este afortunado momento que me ha tocado vivir. Soy de los que piensa que primero se cree y luego se ve, lo que haga falta además, y el golf y la vida me han reafirmado en mis convicciones.
El día ya empezó con buenos síntomas, puesto que logré agenciarme un peto de esos rojos tan preciado en el Media Center y que te da acceso a circular con bastante libertad por las calles, greenes, y tees. En un día en el que el Medinah Country Club estaba absolutamente a reventar he podido seguir las partidas que me ha dado la gana. Más que los partidos y los resultados me dedicaba a ver, caminar y observar un poco de este o de aquel jugador, empezando por Sergio, pero también me he fijado gigantes de esto como Mickelson, McIlroy o Poulter. El paso del 12 al 13 al lado de Phil Mickelson, con todo su público aclamándole, lo recordaré, como muchos otros momentos, de por vida. ¡Qué intensidad, Dios santo!
Cuando a media tarde la cosa se ha empezado a poner seria y el European Team ganaba opciones para igualar y pelear por la Ryder, los movimientos han sido más estratégicos alrededor de los hoyos 15, 16 y 17. Y han llegado las partidas decisivas, conforme se iba mascando la tensión alrededor de los jugadores que ya habían acabado sus matches y los capitanes. Luego, tal y como se ha producido el desenlace de la competición en el 18, he roto a llorar en medio de la algarabía, sin darme cuenta, ni importarme. Porque, sí, hemos remontado y ganado,pero tal y como me ha dicho Chema en el mismo green del 18, cuando le he vuelto a besar, como cuando llegué: ‘Para ser tú primera Ryder, no creas que esto se va a repetir en las siguientes que vayas’. No lo sé Chema, sólo sé que hoy te he jurado amor eterno.
En la noche del sábado, cuando me despedí de mis amigas chicanas a las tres de la mañana de su folklórico karaoke, sabía que el día final sería largo y duro, pero cuando ya no quedamos ni cuatro gatos en el Media Center seguiría dándole a la tecla dos horas más, contando mil y una historias que se me vienen a la cabeza no sólo de hoy, sino de esta intensa semana. No hay dolor. Supongo que como muchos de los que hemos estado está semana en maratones diarios de 14 horas de tuiteo y tecleo, la resaca de los días posteriores va a ser de órdago. Pero no importa, no hay dolor, y ya estoy contando los días que faltan para que llegue la próxima Ryder en Celtic Manor. Porque he jurado ir a todas las Ryder de aquí hasta que me muera. Y espero que sea de manera ‘social’ y compartida como ha sido esta, y en compañía de muchos más jugones dispuestos a disfrutar del que es, sin duda, el mejor y mayor acontecimiento golfístico del mundo. Medinah, y la #ryderbelindo van a marcar un antes y un después en mi existencia. De eso, estoy seguro.
2 comentarios a “Un sueño más que cumplido”
Amigo Belindo, cuando alguien consigue que otros tomen tu aventura (que es tuya!!!) como si fuera propia significa que algo haces muy bien.
Será que soy un flojo pero me emociona leer tus sensaciones en este último día y te imagino perfectamente llorando como un crío al terminar todo en ese 18.
En fin, enhorabuena por la experiencia vivida y no sólo por eso, también por saber contarlo para que los demás lo imaginemos a tu manera (a nuestra manera). No todos lo consiguen…
Un abrazo 2.0, currela
@10JTorres
David, si ya esta Ryder ha sido especial para todos los que la hemos vivido desde aqui, por la histórica remontada y por su seguimiento 2.0, el hecho de tenerte a tí allí, representandonos, siendo nuestros ojos, hace que la sintamos aún mas nuestra y mas especial si cabe.
Ayer lloré. Estaba solo, en el salón de mi casa, y lloré cuando Kaymer embocó ese putt, lloré al ver la emoción de Chema mirando al cielo, lloré cuando se derrumbó en la primera entrevista al nombrar a Seve y lloré al ver a cierto loco maravilloso abrazarse a Colsaerts con un movil en la mano en medio del caos. Eres MUY grande.
Desde ya, waiting for #RyderBelindo2014 #roadtoGleneagles 🙂
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