Zona Pro
Un temblor en la historia
Enrique Soto | 01 de julio de 2013
Inbee Park partía con cuatro golpes de ventaja en la última jornada del US Women’s Open y nadie dudaba de que fuera a conseguir el triunfo. Nadie. Ni el público, ni los analistas de la televisión, ni cualquiera de las participantes en el Sebonack Golf Club. Todos parecían saber cuál sería el transcurso de los acontecimientos desde que esta surcoreana pegara su primer golpe del día a mitad de la calle. Evitaría los grandes errores, aprovecharía algunas de las múltiples oportunidades de birdie que se produce y se dedicaría a gestionar su ventaja en los últimos hoyos, cuando el resto de sus rivales se arriesgarían más de la cuenta. Todo era parte de un guión escrupulosamente revisado durante varias semanas de esta temporada. Inbee no iba a fallar, no al menos este domingo. Y no falló.
Esta chica de veinticuatro años ha aportado certeza en un deporte imprevisible. Los mismos patrones se suceden desde que ganara el Evian Championship en 2012: un buen puñado de calles y greenes en regulación, golpes mínimamente descentrados y un recital de putts que, si no entran, acarician el borde de los hoyos con la fuerza justa. Park ha roto en los últimos meses el principio de incertidumbre que rige el mundo del golf y ha provocado un temblor en la historia que no se producía desde 1950, cuando Babe Zaharias ganara los tres grandes torneos que se disputaron aquel año.
Su última vuelta bien podría explicarse a través de muchas otras: dos bogeys en los hoyos 6 y 7, dos birdies en el 9 y el 10 y otros dos errores en el 14 y 15, cuando el torneo estaba sentenciado. Entre medias, solo quedaban golpes seguros y certeros. Nadie fue capaz de ponerle mínimamente nerviosa. Ni I.K. Kim, que finalizó con mas dos en el día, ni So Yeon Ryu, que firmó el par y fue la última jugadora en ser capaz de recortar golpes a este recorrido tras cuatro jornadas.
En rueda de prensa, un periodista le preguntó cómo era posible que pareciera tan tranquila con toda la presión a sus espaldas. Inbee contestó: “Creo que es porque soy muy feliz en el campo. Me siento tranquila. Soy mejor persona cuando estoy jugando. Fuera, siento la presión y lo mismo que cualquier otra persona, pero en el campo, se trata solo de la bola y los palos. Cuando tengo eso me siento liberada”. A pesar de todo lo que ha conseguido a su edad, sigue manteniendo retos y algunas referentes. “Supongo que es lo mismo que les pasaría a Yani, Annika o Lorena. Tenían experiencia y tantas oportunidades de victoria que no sentían tanta presión cuando estaban arriba; no tanta como otras jugadoras. Creo que me estoy acercando a ellas”.
Tras su victoria es inevitable preguntarse si habrá alguien capaz de plantarle cara y de si St. Andrews contemplará, en el próximo Women’s British Open, cómo una jugadora se hace por primera vez con cuatro grandes en un año. Se mira hacia Stacy Lewis, número dos del mundo, que terminó a veinte golpes de distancia; también hacia Suzann Pettersen, Na Yeon Choi, Jiyai Shin… La lista termina en Yani Tseng, una jugadora sembrada de dudas pero que no hace demasiado estaba en la misma posición que Park, contemplando el mundo desde su cima más alta. La respuesta es incierta, pero es posible que Inbee no tenga en este momento más rivales que ella misma.
“Sé que tengo todavía un largo camino por delante”, comentó. “Al igual que lo que Yani, Annika o Lorena consiguieron. Todavía queda mucho y tengo mucho por aprender. Sí, todavía estoy aprendiendo”.
Azahara Muñoz terminó en cuadragésimo octava posición tras su día más duro de toda la semana, mientras que Carlota Ciganda lo hizo en quincuagésimo séptima tras firmar 75 impactos.
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