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Zona Pro

Un torneo de segundos

Enrique Soto | 22 de febrero de 2014

Hunter Mahan iba dos arriba a falta de dos hoyos en los octavos de final del Accenture Match Play. Y estaba cómodo. Como le ha ocurrido en ediciones pasadas, el estadounidense estaba desplegando el tipo de golf que mejor funciona en este recorrido: calles, greenes y putts que entran en un radio de dos metros del agujero. Esos, sin duda, son los más importantes en un campo donde los bogeys parecen inevitables en cualquier momento. Su duelo contra Graeme McDowell había tenido sus momentos buenos y malos, pero Mahan tenía el partido bajo control, listo para sentencia. En el diecisiete, ninguno parecía capaz de salvar el par.

Fueron unos segundos los que separaron un partido inclinado hacia un bando y lo transformaron en otro completamente distinto, los mismos en los que G-Mac, en uno de esos ataques que le hicieron famoso en el pasado, tardó en embocar un putt de seis metros para par. La bola comenzó a rodar hasta el hoyo y todo parecía listo para que ambos estrecharan la mano y Hunter pensara en los cuartos de final. Pero ese golpe, ese camino de la bola hasta el agujero, no terminó como el mundo esperaba. McDowell está fino en los greenes, más que cualquiera de sus rivales esta semana. Par, birdie al dieciocho y, en el veintiuno, finiquitó un partido que como ocurriera en otras dos ocasiones, parecía haber perdido en los últimos dos días.

Así de fácil es cambiar la tendencia en Dove Mountain. Un chispazo y zas, todo el trabajo de tu oponente tirado por la borda. G-Mac estaba en cuartos y Hunter, probablemente, preguntándose qué había hecho mal para llegar a esa situación. Algo parecido, aunque menos espectacular, le ocurrió a Jim Furyk, un jugador que no destaca por su pegada caminando por el recorrido más largo del PGA Tour. Marchaba tres abajo en el seis frente a Harris English, el joven que había eliminado a Rory McIlroy a pesar de sus seis aciertos. A partir de ese punto, una de las revelaciones del campeonato cometió únicamente tres bogeys por otros cuatro birdies, lo que en unas circunstancias normales le hubiera servido para pasar de ronda. Pero ayer no, porque Jim, envuelto en la consistencia que le caracteriza cada temporada, comenzó también a embocar putts. Iba tres abajo sí, pero a partir del siete no cometió un solo error. Se envolvió en una coraza de certezas que desestabilizaron a English hasta hacerle ceder por un hoyo.

Son segundos, pero deciden un duelo como si de un torneo de cuatro días se tratara. Le ocurrió a Rickie Fowler, domador de gigantes, frente a Sergio García, al igual que a Victor Dubuisson frente a Bubba Watson. El duelo de bombarderos tuvo el desenlace contrario al de Furyk o G-Mac ya que el francés, que marchaba tres arriba en el catorce tras realizar solo tres aciertos, no dejó escapar la oportunidad de asombrar al mundo en su primera batalla de estas dimensiones. Bubba tuvo un día muy gris en el desierto y solo un arreón final, con dos birdies en el quince o el diecisiete, pareció hacerle despertar. Victor, con cuatro pares, cerró el duelo en el dieciocho.

Más liviana pareció la victoria de Jason Day frente a George Coetzee, especialista frente a candidato en buena forma. El australiano hizo algo muy similar a cualquiera de sus dos anteriores partidos: sacó su registro habitual de birdies por vuelta (seis) y no arriesgó lo más mínimo en el resto de hoyos. Es la misma estrategia que empleó Matt Kuchar para vencer en 2013 y es prácticamente perfecta si se es capaz de llevar a cabo, ya que obliga a los rivales a una ronda memorable. Coetzee no la tuvo por dos errores no forzados y se marchó a casa en el diecisiete.

Pero la verdadera sorpresa de este torneo se llama Jordan Spieth, el chico que viene acelerando a un ritmo diabólico desde que consiguiera la tarjeta a comienzos de la pasada campaña. Todo ha sido rápido y repentino para él, tanto lo que sucede en el campo como lo que pasa por su cabeza. Ayer se enfrentó a Kuchar, el hombre de la estrategia clara y la ejecución consistente, y tenía todas las de perder. Por la experiencia, por la tensión del duelo e incluso porque su rival, en esta cita, parece invencible. ¿Cómo contrarrestar tantos factores? Pues de la única manera que conoce Jordan: seguir acelerando. Ayer desbancó al vigente campeón con nada menos que nueve birdies en diecisiete hoyos. Nadie hubiera podido seguir ese ritmo, ni siquiera el más brillante de los estrategas.

Louis Oosthuizen venció por 5&4 a Webb Simpson mientras que Ernie Els, a pesar de seguir sin mostrar su mejor versión, se las apañó para imponerse a Jason Dufner por uno arriba. Los cuartos de final del Accenture Match Play Championship quedaron así:

Louis Oosthuizen contra Jason Day
Ernie Els contra Jordan Spieth
Jim Furyk contra Rickie Fowler
Graeme McDowell contra Victor Dubuisson

Cuadro y resultados completos

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