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Zona Pro

Una carrera en 18 hoyos

Enrique Soto | 26 de enero de 2013

Acostumbramos a definir las vueltas de los profesionales a partir de un solo dato. Pegó mal el driver, su juego corto no estuvo a altura o sufrió un colapso en los últimos hoyos son expresiones habituales y que en la mayoría de casos describen correctamente los motivos detrás de un resultado. Pero en el caso de la que Chris Wood desplegó en Catar nos quedaríamos cortos, muy cortos. Porque el inglés consiguió su primera victoria en el Circuito Europeo superando todas las fases o momentos de juego que se pueden llegar a dar a lo largo de 18 hoyos, en lo que ha supuesto el desenlace de un torneo más espectacular que hemos podido ver en meses.

En el principio fueron los nervios y las dudas, donde después de dos pares firmó un doble bogey que alentaba a sus adversarios a seguirle en la clasificación. Más tarde, en los hoyos 8 y 9, llegaron dos birdies que estabilizaron una vuelta desordenada, errática como para salir victorioso. Esa calma desembocó en una lucha contra sí mismo a lo largo de las siguientes ocho pruebas, donde Wood acostumbraba a tirar para birdie sin acierto y en donde la paciencia, de entre todas las virtudes cardinales, se convirtió en imprescindible. Pero no fue hasta el hoyo 18, donde ya habían finalizado Sergio García y George Coetzee con birdie, donde el buen jugador se convirtió en un ganador. Pegó un drive de casi 300 metros al centro de la calle y un hierro 5 a green que sobrevoló el agua y aterrizó a escasos tres metros de bandera. Su putt nunca abandonó el camino al hoyo.

La vuelta de Chris Wood fue evolucionando a lo largo de toda la tarde como un ser vivo, creciendo y madurando hasta morir en un eagle por la victoria, y nos dejó en el recuerdo a un jugador capaz de colapsar como Van de Velde en Carnoustie, recuperarse como un veterano y cerrar el torneo como un grande. “Es un peso enorme que me quito de encima”, declaró al finalizar. “Siento que puedo salir y ganar de nuevo”. Su evolución durante cuatro horas fue la misma que siguen otros a lo largo de años y supone toda una declaración de intenciones futuras, en las que podría repetir tardes como esta.

Sus 69 impactos en la cuarta jornada fueron suficientes para contener los brillantes ataques de Coetzee (menos siete) y García (menos seis), que finalizaron sus vueltas con la sensación de haber agarrado un trofeo y acabaron aplaudiendo a un rival incontestable. Especialmente prometedor es el arranque de temporada del castellonense, que finalizó 2012 con una victoria en Asia y arrancó el 2013 como si se estuviera jugando el siguiente hoyo, y no un año en el aspira de nuevo a los majors. No ha echado de menos la falta de ritmo competitivo durante las vacaciones y parece inmerso en su viaje de vuelta a lo más alto, demostrando que entre sus cualidades también se encuentra una enorme ambición.

Gonzalo Fernández-Castaño firmó 69 golpes y finalizó decimosexto con menos diez, subiendo siete posiciones en la tabla, mientras que Rafael Cabrera-Bello registró la mejor vuelta del día tras entregar 64 impactos, vigésimo segundo puesto con menos nueve. Estos tres españoles son los que mejor forma han mostrado en los primeros compases del curso y a buen seguro se encontrarán luchando por la victoria durante alguna otra tarde de domingo. Es el inicio de temporada más prometedor para el golf en nuestro país en los últimos años.

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