El domingo del McGladrey Classic parecía ser para Robert Streb un día más de esos en los que el top ten parece el objetivo más realista. Saldría al campo hora desde la duodécima posición, hora y media antes que el partido estelar, con nueve partidos de diferencia entre uno y otro, a cinco golpes de los líderes Svoboda y MacKenzie. Distancias todas ellas que se encargó de eliminar firmando la mejor vuelta de la semana en el Seaside Course, suficiente para meterle en un playoff de tres hombres del que salió victorioso en el segundo hoyo.
Se dice en el mundo del golf que las mejores vueltas empiezan con bogey, aunque tal vez poco pensara Streb en esta frase cuando el jueves comenzó con doble bogey el torneo o tras el bogey de este domingo en el hoyo 1. Mandó su salida al bunker y fue incapaz de coger green, sumando un primer fallo del día a su tarjeta con el que perdía más posiciones.
A partir de ahí todo cambió para él. Comenzó a desplegar un juego fluido que le ayudó a conseguir cinco birdies en los nueve primeros hoyos antes de que en el 13 llegara un nuevo error. Su segundo y último bogey del domingo tuvo algo en común con el primero: actuó de trampolín para que Streb sacara su mejor golf. Y es que acto seguido, acumuló una racha de cuatro birdies consecutivos del 14 al 17, combinando buenos golpes a green y dos putts monstruosos en el 16 (seis metros) y 17 (once metros).
De este modo llegaba al hoyo 18 con un resultado de -14 acumulado cuando los miembros del partido estelar apenas iban por el hoyo 9. Después de que su putt de birdie no entrase, una vez firmado su 63 (-7), la espera sería larga. «Realmente creía que alguien llegaría a -15, pero intenté estar tranquilo y no preocuparme por ello», declaró un Streb cuyo mejor resultado era un segundo puesto en el Zurich Classic de la pasada temporada.
Y sus pronósticos acabaron por no cumplirse. Brendon de Jonge concluyó con seis pares consecutivos para empatar a Streb gracias a una vuelta final de 65 golpes (-5). En el partido estelar, ambos colíderes fueron incapaces de superar la marca, con un Svoboda que logró llegar a -14 en apenas seis hoyos pero cuyos tres bogeys en los nueve segundos le harían acabar en la octava plaza.
MacKenzie acabaría completando el grupo de jugadores del desempate tras acabar bogey, birdie, par para 68 golpes (-2). Un bogey en el primer hoyo de playoff le eliminaba de la lucha por el título, dejando solos a De Jonge y Streb. El americano acabaría decantando la balanza a su favor con un precioso hierro 8 que aterrizó a poco más de un metro del hoyo, distancia que supo manejar posteriormente para conseguir su primera victoria en el PGA Tour.
Muchas cosas cambiarán para el nuevo líder de la FedEx Cup en 2015. Espera su primer hijo junto a su mujer Maggie, fiel seguidora suya que le acompaña en absolutamente todos los torneos que juega. Veremos si está presente en el debut de su marido en Augusta National cuando su retoño solo tenga un par de meses.
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