“Me doy una tarjeta roja por la semana pasada”. Fue la forma en que Rory McIlroy reconoció su error al retirarse en la segunda jornada del Honda Classic. “He tenido problemas con una muela del juicio durante el último año. Me estaba molestando, pero quizá no lo suficiente para retirarme. Me arrepiento de haberlo hecho. Ahora ya ha pasado y no volverá a suceder”, declaró el norirlandés en el primer par de preguntas que le formularon los medios. De este modo, lo que era un secreto a voces fue aclarado a las primeras de cambio, siguiendo el estilo y la forma que Rory siempre ha mantenido con la prensa, es decir, abierto y sincero. Fueron los primeros compases de una serie de confesiones del número uno sobre su estado de forma, sus ambiciones y su forma de ver el golf, es decir, una rueda de prensa convertida en una entrevista muy personal.
“Me he estado poniendo mucha presión y trabajando tan duro, sin obtener nada a cambio”, comentó. “Creo que en el largo plazo lo que ocurrió el viernes podría ser un alivio. Fue como liberar una válvula para que saliera toda la presión que tenía acumulada. Algo como, ‘sal a jugar y diviértete’. No se trata de la vida o la muerte ahí fuera. Es solo un juego y de alguna manera lo he olvidado este año”. Fue el primer punto en el que McIlroy señaló un margen de mejora, referido a su actitud en el campo. “He querido retirarme un par de veces cuando era un adolescente porque a veces trabajas mucho y no obtienes lo que querías. Pero tengo que recordar que empecé a jugar al golf porque me gustaba, de verdad me gusta. Ha sido siempre mi vida. Tengo que salir y divertirme, es lo mismo que el pasado verano. Dave Stockton me dijo: ‘Cuando te veo fuera no estás sonriendo’”. El número uno recordando como disfrutaba del golf cuando era pequeño. Su primer paso para mantenerse en la misma posición pasa también por volver a los orígenes.
Segundo punto de autocrítica para Rory: el swing. “No hay correcciones rápidas en el golf. Tienes que ir a la raíz del problema y arreglarlo”, comentó. “Sé que si puedo corregir mi subida el resto del swing saldrá solo. Mi backswing siempre ha sido la clave para mi movimiento, y necesito volver a encontrarlo. He trabajado muchísimo los últimos cuatro o cinco días para conseguirlo, pero es una progresión. Voy a jugar esta semana y lo que me importa es mi swing, y sé que si consigo arreglarlo los resultados llegarán”. La siguiente pregunta era evidente: ¿cómo te ves para ganar esta semana? “No me pongo ninguna presión. Solo quiero tener mi swing en la posición correcta”. McIlroy parece haber localizado el principal problema de su pobre rendimiento en este comienzo de temporada, algo que también olvidó al retirarse en el PGA National. La parte mental y la más puramente física van unidas y parece haber encontrado el camino para que ambas vuelvan al lugar que le otorgó su segundo grande. “Estoy intentando cambiar mi swing, pero es un cambio para volver a donde estaba”. Es McIlroy buscando a McIlroy.
Acostumbrados a la sobriedad de Woods, a sus respuestas escuetas y adaptadas a la situación que más le favorezca, Rory parece no tener corazas cuando se trata de dar su opinión. “Tienes que pensar un poco antes de decir o hacer algo, o se te puede ir de las manos”, dijo Tiger hace unos días. En este aspecto, McIlroy sigue tan abierto como cuando atendió a la prensa tras perder el Masters en 2011. Ayer se disculpó públicamente y compartió lo que a sus 23 años cree que es el camino a seguir. Es distinto y puede ser mejor o peor para su rendimiento en el campo, pero habla de un chico que tiene muy claro que para seguir jugando a su máximo nivel es imprescindible ser fiel a uno mismo. Su rueda de prensa no sirvió solo para aclarar las razones de su retirada en el Honda, sino para conocer un poco más a la persona que gana dos grandes por ocho golpes de ventaja, es decir, para lo que deberían ser todas las ruedas de prensa.
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