Durante gran parte de la jornada del domingo del Farmers Insurance Open parecía imposible que no se diera un playoff. Cinco jugadores llegaron a estar empatados en -8 total y un total de nueve se disputaban el torneo en apenas un golpe de ventaja. Sin embargo, de repente, en apenas un minuto, las nubes que amenazaban con un multitudinario desempate se despejaron a ritmo del hierro 4 con el que Scott Stallings alcanzó el par 5 del hoyo 18 para posteriormente cumplir con los dos putts de rigor e imponer así un inalcanzable -9 para el resto de aspirantes.
Esta interesante última jornada en el Campo Sur de Torrey Pines contó con una bonita dosis de sorpresa con la inesperada irrupción del KJ Choi, autor de la mejor vuelta del domingo con su 66 (-6). Dos horas antes de que saliera el partido estelar comenzaba su vuelta final el surcoreano, a seis golpes del líder Gary Woodland y su -8. Con su bogey inicial, debería remontar siete golpes y donde otros hubieran tirado la toalla, Choi se creció, alimentándose de sus aciertos consecutivos que se tradujeron en siete birdies hasta el hoyo 14. Un bogey en el 17 cortó su genial periplo pero se redimió en el 18 con un birdie final con el que imponía el -8 en casa club como referencia.
Dos de los puntales del equipo internacional de la Presidents Cup, Graham DeLaet y Jason Day, protagonizaron también un domingo más que digno con sendas vueltas de 68 golpes con las que igualaban el -8 de Choi. Ya era tres los jugadores que esperaban tras acabar sus vueltas a lo que ocurriese en los hoyos finales del campo. Gary Woodland, Pat Perez, Marc Leishman y Stallings coqueteaban con el -9. Woodland, lo alcanzaba en el 13 cuando se ponía -1 en el día.
Si decíamos antes que en un minuto todo cambió en esta jornada final fue porque mientras Stallings firmaba en el 18 su segundo birdie consecutivo, Woodland decía adiós al torneo con un fallo desde el tee del 17. Afirmaba ayer que gracias a su pegada, si ponía la bola en juego desde el tee, jugaría un campo diferente que el resto de jugadores. Pero diferente no siempre quiere decir más fácil. Optó por la madera 3 para buscar la calle en el penúltimo hoyo y fue el obstáculo de agua lateral de la parte izquierda lo que se encontró, obligándose así a dropar. Un fallo que se hacía mayor todavía cuando tripateaba para firmar un doble bogey con el que caía a -6, necesitando un albatros en el último hoyo.
Así las cosas, solo un eagle en el 18 de Leishman evitaría que Stalling levantara su tercer título en el PGA Tour. Y estuvo cerca pero no lo consiguió. El ganador veía a través de las cámaras de televisión cómo se confirmaba su triunfo y con esa sonrisa que se le pone a los ganadores corría a abrazar a su pequeño y a su mujer.
Siete birdies y tres bogeys quedaron reflejados en su tarjeta del último día escritos con el lápiz del Masters de Augusta que se llevó de recuerdo de su única visita al Augusta National en 2012. El próximo mes de abril podrá sustituirlo, ya que con su vuelta al círculo de ganadores de este domingo se asegura la vuelta al primer Major del año.
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