PGA Championship

Verbenas y cuadernos Rubio

Juan José Nieto | 13 de agosto de 2015

Perdonen que utilice una marca concreta para titular este artículo. Pero es que eran Rubio los cuadernos que mis compañeros tenían que rellenar durante los meses de verano, principalmente en agosto. Caligrafía, cálculo, problemas, gramática, lectura,… Numerosos ejercicios de repaso de los que yo me libraba por mi desempeño durante el curso escolar. Para los buenos estudiantes quedaban otros quehaceres, entre ellos acudir al pueblo para jugar con los amigos ruralitas y asistir a las verbenas de las fiestas populares.

Estas dos maneras de concebir el final del verano, porque septiembre tiene de estival lo puramente astronómico, se contraponen también en el último major del año, el PGA Championship, “Glory´s last shot”, tal y como lo promocionan (o promocionaban oficialmente hasta 2013) en Estados Unidos. El PGA es una verbena para quienes ya han hecho los deberes, para quienes podrían dar por cerrada la temporada en este mismo momento con una sonrisa en los labios. Lo será, por supuesto, para Jordan Spieth, autor de un doblete, MastersUS Open, que la historia nos dice que está al alcance de muy pocos. También para Zach Johnson, que tras alzar la jarra de clarete ya puede decir que con su juego sobrio y nada deslumbrante ha conseguido ganar los dos torneos más importantes del mundo, el Masters y el Open Championship. Quizá también para el reciente ganador del Bridgestone Invitational, Shane Lowry, o para un Rickie Fowler que podría dar por bueno el 2015 cuando eche la vista atrás al final de su carrera y recuerde su victoria en el TPC de Sawgrass.

También tiene aires de pasodoble el PGA para todos aquellos que afrontan el otoño de sus carreras con sus expectativas colmadas hace tiempo. Ernie Els, Vijay Singh, Padraig Harrington, Retief Goosen o Phil Mickelson representan muy bien esta posición, aunque al primero le duela no tener el Masters o al último no haberse coronado aún como campeón nacional. En cualquier caso, a ningún juicioso profesor se le ocurriría encomendarles la elaboración de cuadernos de vacaciones.

Sí acumulan, en cambio, deberes para esta semana otros grandes nombres del circuito. Rory McIlroy debe proteger su posición privilegiada en el ranking mundial y demostrar que se halla totalmente recuperado de su lesión de tobillo. Tiger Woods, por su parte, debe ir reencontrándose con su mejor versión si no quiere seguir pasando por un jugador mediocre. Dustin Johnson debe despejar de la ecuación los fantasmas del pasado para, en un campo que se adapta a la perfección a su juego, conseguir el major que su desbordante talento merece. Y lo mismo se le puede pedir al australiano Jason Day, el jugador que con más consistencia se ha asomado últimamente a la consecución del primer grande. Y bueno, misma receta también para Lee Westwood y Sergio García, los sucesores naturales de Colin Montgomerie en Europa.

Así es el PGA, la última oportunidad que nos ofrece el verano para hacer de él una experiencia memorable. También esa suerte de alarma que nos recuerda que el curso está a punto de comenzar y que conviene ir dejando los deberes hechos. El primer día de clase, todos lo saben, tocará elaborar una redacción. De lo que pase durante este torneo dependerá en gran medida el tono de la misma.

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