Bernd Wiesberger llevaba años soñando con este día, el mejor de su vida deportiva, el día en que acababa imponiéndose en el abierto de su país delante de su público. «Cuando José Manuel Lara embocó un putt similar para ganar el torneo hace dos años, pensé en lo que supondría tener un putt así para ganar aquí. De hecho, se lo he dicho a mi caddie durante el hoyo 18. No me lo podía creer».
Y es que Wiesberger no lo tenía nada fácil. Por delante después de 54 hoyos, Thorbjorn Olesen, el danés aparentemente inaccesible que hasta la última jornada no había dado ninguna muestra de flaqueza, un joven de 22 años que había aunado agresividad con madurez y que, hasta el hoyo 14 del sábado, solo había firmado un bogey en 67 hoyos. Los tres golpes de ventaja de Olesen parecían margen más que suficiente, sobre todo por el juego desplegado por el danés.
Pero llegó el momento decisivo y Olesen titubeó en el peor momento: su tiro a green se iba largo y a una zona complicada en el hoyo 14 mientras, por delante, Wiesberger clavaba en bandera su golpe desde el tee en el hoyo 15, un bonito par 3 custodiado por agua.
La tendencia se invertía, aunque el cambio no era casual: el austriaco llegaba de hacer cuatro birdies en sus últimos seis hoyos… y acabaría con otros tres en los cuatro últimos, una racha que le permitía alejarse del irlandés Shane Lowry y de Thomas Levet, mientras que Olesen acababa hundido y sumando dos bogeys más en un final atípico y que poco tuvo que ver con el resto del torneo.
Y si ayer hablábamos del relevo generacional en el golf danés que encarnaba Olesen, hoy tenemos que hacer lo mismo con el golf austriaco y Wiesberger, ya que se convierte en el heredero natural del triple ganador de este torneo Markus Wiesberger.
Gracias a su victoria en el Ballantine’s Championship de esta misma temporada y este triunfo en el Lyoness Open, Wiesberger se mete en el top 20 de la Race to Dubai y es el primer austriaco de la historia del European Tour que logra dos títulos en el mismo año.
El español Pablo Larrazábal prometió atacar sin respiro desde el primer hoyo y cumplió con creces, pero vio cortada de raíz su progresión al encontrar el obstáculo de agua del hoyo 13 cuando iba -5 en el día y buscaba el green de este par 5. Al final, su -3 final en la jornada le permitió meterse entre los diez mejores del torneo compartiendo esta posición con el argentino Emiliano Grillo, mientras que por detrás Eduardo de la Riva acabó con un gran -4 en el día (-3 en el acumulado) para ascender a la cuadragésima posición junto a Jorge Campillo y Nacho Garrido.
Cierran la participación española Agustín Domingo (cuadragésimo noveno con -2) y Carlos Suneson (quincuagésimo séptimo, al par del campo).
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