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Virginia Espejo: «Estoy deseando demostrar que sé jugar mejor»

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Redacción | 18 de diciembre de 2013

Virginia Espejo y Alberto Dóniga, en la final de la escuela del LET (foto de Tristan Jones/LET)

Virginia Espejo ha sido la única española capaz de lograr la tarjeta completa para el Ladies European Tour en la final de la escuela disputada en Marrakech, repitiendo la hazaña que logró el año pasado en el mismo escenario. Después de un año de estreno en el circuito muy duro, es hora de hacer balance, recapitular y echar la vista atrás para repasar una competición que, precisamente, no empezó con el pie derecho.

Como el año pasado, y acompañada de Alberto Dóniga en la bolsa, La madrileña llegaba a esta final de la escuela lesionada, sin poder entrenar y sin tener muy claro qué podía esperar de su juego. Sin embargo, afirma que la lesión al final le resultó beneficiosa.

«Creo que la lesión me vino bien porque solo podía pensar en cuánto me dolía la pierna y no en que estaba jugando la escuela. En realidad, creo que ha sido una ventaja, porque durante el swing no me dolía, solo cuando caminaba. No tenía tiempo para preocuparme de mi posición o de cualquier otra cosa», explica la madrileña a Bethan Cutler, jefa de prensa del LET. «¡Caminaba muy chulita! Como tenía inflamada la planta del pie, andaba apoyando el exterior y eso hizo que se tensaran todos los nervios y que se me agarrotaran las pantorrillas por la cojera».

Como el año anterior, la labor de Alberto Dóniga, profesional madrileño que ha vuelto a ser su caddie y guía espiritual durante estas duras jornadas, ha sido fundamental.

«Doni me ha ayudado mucho. Hoy, por ejemplo, en el hoyo 10 estaba al límite. Iba tres menos en los nueve primeros y hice bogey en el 10 y en el 11. Me enfadé muchísimo y quería jugar muy deprisa, y no tengo manera de expresar lo mucho que me ha ayudado a tranquilizarme», recuerda Espejo, que no se hacía muchas ilusiones al llegar a Marruecos. «No esperaba nada porque estaba jugando muy mal y llevaba mucho sin bajar de 80. Doni ha sido importantísimo al decirme que había entrenado bien y que confiara en lo que sabía hacer. No podía entrenar después de las vueltas porque me dolía mucho el pie. Al no entrenar me sentía fatal y pensaba que estaba perdiendo el tiempo mientras las demás practicaban, pero él me decía que ya había entrenado mucho durante el año, que tuviera confianza y que pasara lo que tuviera que pasar».

Ahora, a Virginia le espera el año de la reválida después de una primera temporada durísima, después de demostrar que es capaz de rendir a buen nivel en un escenario importante (algo que ya ha logrado dos años consecutivos).

«Estoy muy, muy satisfecha. No puedo describirlo. Volver al circuito después del primer año, que ha sido durísimo… Estoy deseando volver a los mismos recorridos y demostrarme que sé jugar mejor», remacha la madrileña.