No fue el mejor día de juego o sensaciones de Bubba Watson en el desierto. El líder, cuidadosamente vigilado por Matt Jones a comienzos de la tercera jornada del Phoenix Open, estuvo algo más disperso de lo habitual desde el tee de salida y, consecuentemente, tuvo que trabajar arduamente en los greenes para restarle impactos a la tarjeta. Al 64 y al 66 que entregó jueves y viernes, el gran bombardero sumó un discreto 68 que, por otra parte, resultó de lo más eficiente para mantenerle en primera posición del torneo.
Y la realidad es que nadie ha jugado mejor que él hasta ahora, a pesar de las grandes desviaciones que en ocasiones le vemos producir en sus golpes. Durante el tercer día firmó tres birdies y un solo bogey, pero si no llega a ser por una renovada brillantez con el putter en las manos podrían haber sido varios más. “Me mantuve concentrado en lo que estaba haciendo”, declaró. “Hice un buen birdie en el 17 recuperando. Tenía un lie complicado en el 18 y de alguna manera saqué dos putts para aguantar un pequeño liderato. Por suerte, nadie me pasó en la tabla”.
Matt Jones caía rápidamente tras jugar sobre par, Greg Chalmers entregaba 71 impactos, Pat Perez solo conseguía recortar uno… En general, varios de los mejor clasificados en el TPC Scottsdale se alejaron paulatinamente del liderato que Bubba iba manteniendo tímidamente. Fueron otros los que lanzaron su candidatura al título. Kevin Stadler, por ejemplo, respondió con su tercera tarjeta por debajo de los 70 impactos; Ryan Moore confirmó un excelente estado de forma entregando un menos siete; English y Matsuyama se mantuvieron sólidos en sus opciones; Brendan Steel pegó un salto de gigante en forma de 62 golpes… Watson seguía siendo el líder, pero mañana tendrá muchas cosas por las que preocuparse.
En este tercer día, el torneo batió un récord de asistencia, aproximándose a nada menos que ciento ochenta mil personas. Mañana podría ir a más. Stadler saldrá con Bubba en el último partido a dos de distancia; Moore, English y Matsuyama lo harán a tres, mientras que Jones, Steele y Hunter Mahan tendrán su oportunidad desde el menos once, a cuatro de la cabeza. Watson, por supuesto, se siente muy confiado. “De alguna manera hoy conseguí no hacer bogeys en los últimos ocho hoyos”, declaró. “Hoy no se trataba del swing de golf o algo parecido. Se trataba de fabricar algo y entregarlo en casa club. Es lo que hice”.
Mañana una vuelta cercana a los 65 impactos le garantizaría su cuarta victoria en el PGA Tour, la primera desde aquella tarde mágica en Augusta. El campeón del Masters busca seguir agrandando su nombre dentro del circuito. Si hoy tenía que fabricar algo y entregarlo al finalizar su vuelta, mañana se enfrentará probablemente a un pedido más grande.
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