John Wade, ese jugador desconocido que abrió ayer su participación en el ISPS Handa Perth International igualando el récord del campo, se estancó en su segunda ronda en una sucesión de pares. Era de esperar, al fin y al cabo. Quien no está acostumbrado o aspira a navegar en las primeras posiciones necesita primero de cierta constancia, un sentimiento de que pertenece a las más altas posiciones. En su lugar, empatado con él, estaba Thorbjorn Olesen.
El joven danés, de veinticuatro años y con ya un título en su palmarés, lleva buscando esa segunda victoria con insistencia, como quien lleva ya tiempo esperando algo. “Siempre es difícil hacerlo bien después de una gran vuelta”, dijo hoy. “Hacer un buen resultado hoy era difícil”. Veinticuatro años, pero la paciencia ya la lleva a las espaldas. Hoy hizo cuatro birdies y tan solo un bogey, en lo que supone un 69 que le sitúa en un acumulado de menos once. Olesen ya no lidera el torneo, pero a él le da lo mismo. Sabe que la carrera es larga. “Estoy feliz por cómo he jugado”, añadió. “Cogí muchos greenes y eso es muy importante aquí”.
En su lugar, en lo más alto de la tabla en el Lake Karrinyup Country Club, se ha situado el escocés Peter Whiteford, en lo que se ha confirmado como un romance con los primeros nueve hoyos de este recorrido. Dos 66 en su casillero, pero aún más importante: dos primeras rondas de 31 impactos. Así es más fácil encarrilar una vuelta, claro. Él lo ve de un modo distinto: “Esta semana es sencillo: ganar o fracaso”.
Pues sí, Peter es uno de esos jugadores que se están jugando el futuro en la otra punta del planeta, los que no pensaban tanto en ganar al comienzo de la semana como de cuántos euros necesitaban para situarse entre los 110 primeros en la Race to Dubai. “Estoy muy nervioso, no hay dudas”, añadió Whiteford. “Solo tengo que seguir atacando. No quiero volver a la Escuela de Clasificación, pero ahora mismo tengo lo que me merezco, y ha sido un año horrible. Es bueno ver que la forma está llegando al final del año”.
Jugar con esa presión, con la victoria en juego, es una desventaja evidente. El surcoreano Sihwan Kim espera desde la tercera posición con menos diez, mientras que Morrison o Drysdale lo hacen desde el menos nueve. Charl Schwartzel, con menos siete, y Victor Dubuisson, con menos seis, son dos de los nombres que aspirarán a conseguir también la victoria el domingo.
Los representantes españoles lo tendrán más difícil para hacer algo importante en Perth. Nacho Elvira (menos dos) y Carlos del Moral (menos uno) consiguieron superar el corte, pero se encuentran a una distancia muy prudencial de los puestos que verdaderamente otorgan grandes beneficios, que es lo que ellos necesitan ahora. La semana no pinta muy bien para sus intereses, aunque una ronda como la de Olesen ayer podría abrir un nuevo mundo por delante. Un mundo con tarjeta en el European Tour.
Adrián Otaegui (más uno) y Eduardo de la Riva (más diez) se despidieron definitivamente de la temporada en esta categoría. Se han quedado muy cerca, pero ni siquiera el rondar los doscientos mil euros en ganancias a lo largo de 2014 les ha supuesto una garantía de éxito. Habrá que intentarlo otra vez desde los peldaños más bajos.
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