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Zona Pro

Y el sufrimiento se hizo golf: The US Open Championship 2011

Alfonso Martínez | 15 de junio de 2011

Logotipo del US Open 2011Álvaro Quirós, Miguel Ángel Jiménez y Sergio García afrontarán desde mañana jueves una de las pocas cumbres que aún se le resisten al deporte español, la consecución del The US Open Championship, el segundo major de la temporada, que en su centésimo decimoprimera edición regresa al capitalino Congressional Country Club, un recorrido que no visitaba desde que en 1997 el sudafricano Ernie Els se impusiera por un solitario golpe al escocés Colin Montgomerie en un contexto donde solo tres golfistas fueron capaces de bajar del par del campo, algo que un año más se espera que se convierta en la tónica habitual del torneo más agotador del panorama golfístico profesional.

En los últimos años si algo ha caracterizado al The US Open Championship es su endiablada preparación, con campos alargados y el espejismo de pares cinco rebautizados en pares cuatro, greenes afilados a velocidades más propias de la fórmula 1, calles estrechadas y escoltadas por un rough selvático, por no hablar de las defensas naturales de los distintos recorridos que periódicamente son nominados por la United States Golf Association (USGA) para la organización del prueba.

De hecho, si buceamos en la historia reciente del The US Championship descubrimos cómo solo en 1990 y en 1993 se llegó a “consentir” una clasificación final con el top ten copado de golfistas en dígitos coloreados de rojo. En el primero de ellos, el estadounidense Hale Irwin derrotaba en el Medinah Country Club de Illinois a su compatriota Mike Donald en el fatal playoff de desempate tras terminar ambos en un -8 que le daba su tercer y definitivo US Open y servía de faro para que otros once jugadores, con José María Olázabal en una sobresaliente octava plaza, superaran el menos cuatro, un resultado que ahora sería elevado a objeto de deseo por los ciento cincuenta y seis aspirantes a suceder al norirlandés Graeme McDowell en el palmarés de un torneo que debió esperar diecisiete ediciones antes de ser ganado por un golfista norteamericano.

Ausente Tiger, los aficionados estadounidenses esperan que Phil Mickelson consiga su primer US Open

Ausente Tiger, los aficionados estadounidenses esperan que Phil Mickelson consiga su primer US Open

En el segundo, Lee Janzen protagonizaba el primero de sus dos victoriosos cara a cara con el malogrado Payne Stewart y dejaba en la casa club del Baltusrol Golf Club un registro de -8 que nuevamente abría la puerta a un top ten por debajo del par del campo. Cinco años después, en 1998, el jugador de Austin, Minnesota se agarraba al par del campo para no sucumbir al Lake Course del Olympic Club y retrasaba doce meses el esperado doblete de Payne Stewart, que finalmente llegaría en 1999, el año en el que se comenzaba a forjar la ya desterrada leyenda de Phil Mickelson como el mejor golfista del mundo sin haber ganado un major.

Desde entonces, apenas unos cuantos afortunados han podido escapar de las garras de las nómadas sedes del The US Open Championship, y si dejamos a un lado la exhibición de juego de Tiger Woods en el año 2000, cuando él solito se bastó para sacarse de la manga un descomunal menos doce (récord de anotación en relación al par del campo) y fabricarse un colchón de quince impactos con los resignados perseguidores (Ernie Els y nuestro incombustible malagueño, Miguel Ángel Jiménez), lo cierto es que la llegada del nuevo milenio no ha hecho más que agravar la especial predilección de los rectores de la USGA por llevar el birdie al colmo de lo imposible, y en cuya vertiente más desgarrada podríamos destacar, muy especialmente, la exacerbada situación vivida en 2006 y 2007, con el australiano Geoff Ogilvy y el argentino Ángel Cabrera firmando un resultado ganador de cinco golpes por encima del par del campo en el West Course del Winged Foot Golf Club y el Oakmont Country Club, respectivamente.

Ante esta carta de presentación, tres golfistas españoles tratarán de romper la última estadística que aún permanece grabada a fuego en las entrañas del The US Open Championship, y que establece que nunca un jugador proveniente de la Europa Continental ha podido salir triunfante del tercer domingo del mes de junio.

El único europeo en activo con más de un major en su haber (I) y el último europeo en subirse al liderato mundial (D)

El único europeo en activo con más de un major y el último europeo en subirse al liderato mundial

Aunque desde 2004 el torneo parezca haber adquirido un claro sabor internacional, la verdad es que la hegemonía norteamericana en el The US Open Championship se ha superado hace muy poco, y eso que entre 1895 y 1910 fueron los golfistas del Reino Unido de la Gran Bretaña, como el pionero inglés Horace Rawlins (1895), el todavía emblema del logotipo de la Race To Dubai del Circuito Europeo (¡qué no se apague la llama de Severiano Ballesteros!), Harry Vardon (1900), y el escocés Willie Anderson (cuatro entorchados, 1901, 1903, 1904, 1905), los que marcaron el paso de la antigua metrópoli en los primeros estadios del torneo.

Sin embargo, en 1911 el golf estadounidense se desprendió de complejos y alcanzó el grado de madurez suficiente como para hacerse fuerte en las vitrinas de un The US Open Championship que hasta 1993 solo vería interrumpido el abrumador dominio de los deportistas (le pese a Paco García Caridad, “imparcial” y “plural” periodista de Radio Marca, el GOLF ha sido, es y será un deporte, cada vez más popular y a punto de reestrenar condición olímpica en los JJ. OO. de Brasil 2016) de las barras y estrellas en puntuales etapas: los “felices años veinte” donde aún quedaban restos de la difuminada herencia británica (Ted Ray, 1920, Jim Barnes, 1921, Cyril Walker, 1924, Willie Macfarlane, 1925), y las honrosas excepciones de 1965, Gary Player, el primer africano; 1970, Tony Jacklin, el primer europeo de la etapa profesional del Abierto; y 1981, David Graham, el primer australiano. Casualidad o no, provenían de las únicas culturas golfísticas que tradicionalmente han podido, desigualmente, hacer frente al aplastante poderío de la primera potencia mundial.

En 1994 y 1997, el sudafricano Ernie Els enarbolaba la bandera del caballero negro y se adelantaba a su compatriota Retief Goosen (2001 y 2004) en el cambio de ciclo de un The US Open Championship que aún no se ha recuperado de cuatro años consecutivos de victorias provenientes del hemisferio sur (2004 – 2007), sobre todo tras la trabajada victoria del norirlandés Graeme McDowell el año pasado (con el francés Grégory Havret a un golpe de darle a Francia su primer major), inesperado adelanto de un 2010 donde el alemán Martin Kaymer (US PGA Championship), el equipo europeo de la Ryder Cup y el liderato mundial del inglés Lee Westwood subrayarían un año para enmarcar en la trayectoria del golf en el viejo continente, y con el sonado descenso de los altares del otrora inalcanzable Tiger Woods, ahora lesionado tras ser “invitado” a participar en el The Players Championship del PGA Tour pese al renqueante estado de sus articulaciones.

Esta semana los búnkeres sí serán auténticas trampas de arena

Esta semana los búnkeres sí serán auténticas trampas de arena

Dentro de setenta y dos hoyos comprobaremos si Sergio García, Álvaro Quirós o Miguel Ángel Jiménez han conseguido borrar esta contundente estadística e infundirse del espíritu de Severiano Ballesteros, quien en 1980 le daba a Europa el primer The Masters Tournament tras casi cincuenta años de acento estadounidense, y versos sueltos sudafricanos (Gary Player, 1961, 1974, 1978). Pero la verdad es que la ocasión se antoja inmejorable viendo el estado de renovación en el que se encuentra el golf norteamericano (Matt Kuchar, Dustin Johnson, Bubba Watson, Nick Watney, Hunter Mahan, Ryan Moore, Bo Van Pelt y Rickie Fowler son buenos exponentes de la nueva hornada de golfistas estadounidenses que está llamada a sustituir a los veteranos Phil Mickelson, Jim Furyk, Steve Stricker, Stewart Cink o David Toms) y la necesidad de acabar ya con una sonrojante estadística, y es que por segunda vez en sesenta y cinco años los cuatro majors tienen apellido internacional.

Eso sí, si quieren perpetuar la gesta de Graeme McDowell (US Open, Irlanda del Norte), Louis Oosthuizen (British Open, Sudáfrica), Martin Kaymer (Alemania, US PGA) y Charl Schwartzel (Masters, Sudáfrica) fiel reflejo de los José María Olazábal (Masters), Ernie Els (US Open) y Nick Price (British y US PGA, Zimbabue) en 1994, el primer año de “interrumptus” estadounidense, deberán vencer a sus respectivas némesis en el campo de golf: la distancia (Jiménez), la fiabilidad desde el tee (Quirós) y la confianza en el putter (García, algo a destacar en un torneo donde los greenes parecen esculpidos en hielo más que sembrados de hierba).

Ajenos a este batiburrillo de datos, Luke Donald, Lee Westwood y Martin Kaymer protagonizan un nuevo capítulo de la particular batalla que vienen librando desde el Volvo World Match Play Championship de Finca Cortesín por el número uno de la clasificación mundial. El bueno de Lee (heredero de Montgomerie en la esquiva suerte de la falta de triunfos en majors) precisa de una victoria, mientras que el espigado alemán debería esperar a que Luuuuuke Donald (de su habilidad de dejarse opciones de birdie dependerá que el bullicioso público estadounidense rompa en este cántico que va camino de convertirse en un clásico, especialmente en las Ryder Cups) no alcanzase la decimoquinta posición y Westwood se topara con más de un inquilino en el segundo puesto.

Martin Kaymer ya sabe lo que es ganar un major en los EE.UU.: el US PGA Championship de 2010

Martin Kaymer ya sabe lo que es ganar un major en los EE.UU.: el US PGA Championship de 2010

Con las únicas bajas confirmadas de Tiger Woods (se espera que para el AT&T National de dentro de dos semanas esté recuperado de su lesión de rodilla izquierda y tendón de Aquiles) y Tim Clark, prácticamente inédito en lo que llevamos de temporada (tras empezar con buen pie en la minigira hawaiiana del PGA Tour, su codo solo le ha permitido fallar el corte en el Augusta National y borrarse anticipadamente del TPC de Sawgrass), los organizadores del The US Open Championship han sorprendido gratamente con la elaboración de los partidos de las dos primeras jornadas, todo una declaración de mediáticas intenciones que harán las delicias de los decenas de miles de aficionados, cuya masiva respuesta ha provocado, como si de un partido de fútbol se tratara, que se haya colocado en las ventanillas el cartel de “sold out” (“vendido”) por vigesimoquinto año consecutivo.

Así, los tres golfistas españoles compartirán las vicisitudes de los treinta y seis hoyos que deciden el fatal corte. Para Álvaro Quirós (25º OWGR, 6º R2D, Omega Dubai Desert Classic de 2011) ésta será su tercera aparición tras los infructuosos intentos de 2009 y 2010, cuando falló el corte por dos y un golpe, respectivamente. Miguel Ángel Jiménez disputará su décimo Abierto desde que debutara en el Shinnecock Hills Golf Club de Nueva York en 1995 (T28º) y deberá desquitarse de sus alérgicos resultados primaverales (T46º en el Open de España, eliminado a las primeras de cambio en el Volvo World Match Play Championship, sendos cortes marrados en Wentworth y Celtic Manor) si quiere intentar mejorar su segundo puesto de 2000 o el sexto de 2008.

Sergio García (76º OWGR, 82º FedEx Cup, 104º R2D) por su parte, regresará al escenario donde cosechó el sexto de sus siete triunfos en el PGA Tour, el Booz Allen Classic de 2005, revitalizado tras superar la reválida de la previa de clasificación para el The US Open Championship y con el firme propósito de asomarse a un top ten que ya visitó en 2002 (4º), 2005 (T3º) o 2009 (T10º), su último gran resultado en un major.

Steve Williams copa el protagonismo de estas jornadas de pre US Open tras aceptar llevar la bolsa de Adam Scott

Steve Williams copa el protagonismo de estas jornadas tras aceptar llevar la bolsa de Adam Scott

Para redondear un The US Open Championship que ofrece 100 puntos del OWGR, 600 puntos de la FedEx Cup y 1.350.000 $ al ganador, destacamos otros emparejamientos como el de los números uno, dos y tres del mundo (Luke Donald, Lee Westwood, Martin Kaymer), el del estadounidense Matt Kuchar con dos golfistas con sabor a flagship, Paul Casey (BMW PGA Championship de 2009) y KJ Choi (The Players Championship de 2011), el del vigente defensor, Graeme McDowell, con el “British” Louis Oostuizen y el US Open Amateur, Peter Uihlein; el del trío de italianos, con los hermanos Molinari escoltando al efervescente Matteo Manassero; o el del rey del match play, el inglés Ian Poulter (WGC Accenture Match Play Championship de 2010, Volvo World Match Play Championship de 2011) con Rickie Fowler (la alternativa yanqui a la insultante juventud del bambino italiano) y el cazador Hunter Mahan (WGC Bridgestone Invitational de 2010).

Por el otro lado del recorrido, sobresalen un triplete con sabor a major (Pádraig Harrington – The Open Championship de 2007 y 2008, The PGA Championship de 2008, Ángel Cabrera – The US Open Championship de 2007, The Masters Tournament de 2009, y Stewart Cink, The Open Championship de 2009), uno con color oriental (Anthony Kim, Ryo Ishikawa, Yong eun Yang), y muy especialmente, el de Phil Mickelson (5º OWGR, Shell Houston Open de 2011), Dustin Johnson (9º, BMW Championship de 2010) y Rory McIlroy (8º, y que ha optado por aprovechar la semana de descanso previa al US Open para colaborar con UNICEF en Haití), y el de Bubba Watson, Robert Karlsson y Adam Scott, golfista australiano que aprovechando la baja de Tiger Woods ha alquilado los servicios de su prolífico caddie, Steve Williams.

En resumen, setenta y dos hoyos de emocionante golf, dieciocho greenes que rodarán a más de catorce pies en el stimpmeter (lo habitual en los dos principales circuitos son entre diez y doce), tarjetas con forzada tendencia a la catástrofe, y una serie de interrogantes que poco a poco se irán despejando, como la de si se notará la alargada sombra de la ausencia de Tiger Woods tanto dentro como fuera del campo, si el golf español terminará con doce años de sequía, en concreto desde la segunda chaqueta verde de José María Olazábal en 1999, si se repetirá la insólita estampa del pasado BMW PGA Championship del Circuito Europeo, con Lee Westwood y Luke Donald resolviendo en el desempate el cetro mundial, o si Estados Unidos acabará con la insurrección europea y sudafricana en el golf profesional masculino…

Bienvenidos a uno de los cuatro momentos más esperados del año.

Tercer fin de semana de junio, tiempo de US Open

Tercer fin de semana de junio, tiempo de US Open

1 comentario a “Y el sufrimiento se hizo golf: The US Open Championship 2011”

  1. El 15 de junio de 2011 Alberto ha dicho:

    Maravilloso artículo y genial el especial del us open!!!

    Pd: este año por lo menos parece que Sergio García no va de favorito…jejeje

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