Y se lo quería perder…

Óscar Díaz | 04 de enero de 2014

Durante el pro-am del Hyundai Tournament of Champions, primer torneo del año natural en el PGA Tour, Kevin Streelman parecía no tener la cabeza en Hawái. Apenas había pasado una semana del nacimiento de su hija Sophie, un parto por cesárea que tuvo que adelantarse a causa de una enfermedad que sufre Courtney Streelman, esposa del jugador, y el estadounidense había esperado hasta el último momento para coger el avión que le alejaría de su familia.

Sin embargo, llegó el primer día de competición que Streelman rubricaba con una magnífica vuelta de 67 golpes (-6), y eso que terminaba con dos bogeys consecutivos. Sin duda, el mejor homenaje posible para su esposa, que fue quien le animó a acudir al torneo pese a que su hija, nacida con poco más de dos kilos, se ha tirado casi una semana en cuidados intensivos.

«Courtney me dijo que tenía que jugar bien, que ella y Sophie me estarían viendo», declaraba un emocionado Streelman en la rueda de prensa posterior a la jornada. «Pasamos una semana en la unidad de cuidados intensivos y coger allí a tu bebé mientras está conectada el monitor y al oxígeno, ver por lo que pasan los padres, te da una nueva perspectiva. Y no solo sobre mi profesión y este juego, sino sobre la vida en general».

Desde luego, la vuelta de ayer fue el mejor homenaje posible para su esposa y su hija, con la guinda del impresionante eagle que logró desde la calle en el hoyo 3, uno de los mejores golpes del día.

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