Dos vueltas con el mismo resultado, pero con sensaciones muy distintas. Mientras el jueves Yani Tseng terminaba con 68 impactos y declaraba no estar muy contenta con su juego y la capacidad de controlar la distancia, el viernes, tras firmar los mismos golpes, se la veía aliviada. Ambas vueltas han sido muy similares, si bien es cierto que en la segunda jornada cogió dos calles más (nueve de catorce) y firmó un putt menos (30). Yani ha jugado más como la jugadora que le gusta ser: firme de tee a green y decisiva con el putter.
Su situación ahora en la tabla es la ideal para encarar el fin de semana. Líder con un global de ocho golpes bajo el par, uno menos que la surcoreana Haeji Kang y dos menos que la australiana Lindsey Wright y Sun Young Yoo; se enfrentará a dos días muy tensos con una filosofía muy simple: “seguir siendo paciente”. La jugadora más dominante del circuito se ha situado en lo más alto de la tabla y las demás contendientes ya lo saben: si quieren ganar el primer major del año, tendrán que ser mejores que Yani.
“Es una fuerza muy a tener en cuenta”, comentaba Lindsey Wright al terminar su vuelta. “Creo que es bueno tenerla ahí arriba de nuevo, pero también es genial tener el desafío de disputarle el primer premio”. La principal ventaja de la taiwanesa respecto al resto de las jugadoras está llegando desde el tee de salida. Ayer hizo birdie en tres de los cuatro pares 5 de Mission Hills después de enviar sus drives al medio de la calle y la estrategia parece estar funcionando. Contando con esos birdies e intentando eludir los bogeys, es capaz de firmar cuatro golpes bajo el par: un resultado sólo superado por dos jugadoras en la segunda jornada.
Se Ri Pak, jugadora perteneciente al Salón de la Fama, se encuentra tres golpes por detrás de Tseng. Tiene 34 años, ha ganado 5 majors y tiene 25 victorias alrededor del mundo. Mirando la clasificación, es imposible no tenerla en cuenta de cara al fin de semana; sobre todo teniendo en cuenta que éste es el único grande que le falta para completar el grand-slam. “Es uno de los objetivos que me he marcado”, recalcó la pionera jugadora surcoreana. “Ingresar en el Hall de la Fama es lo más grande; lo siguiente es ganar un major como éste. Es mi objetivo desde hace catorce o quince años. Es el que necesito pero el que siempre me hace pasar un mal rato”. No le falta razón, a pesar de haber ganado tres LPGA Championships su mejor resultado en Mission Hills ha sido un noveno puesto.
Azahara Muñoz firmó un impacto menos que en la primera jornada, terminando con el par del campo (72 golpes) y un global de uno sobre el par. La española sólo hizo dos bogeys en toda su vuelta pero no pudo compensar esos dos hoyos con birdies, un problema al que ya se enfrentó en la primera jornada. La receta para las siguientes dos vueltas debe ser parecida a la de Yani, “ser paciente,” y sobre todo evitar los errores.
Beatriz Recari, que hasta ayer era la mejora española en el campo, tampoco tuvo una gran vuelta. Comenzando el día con un global del par del campo, ayer ascendió con 76 golpes a cuatro por encima. Su vuelta ha sido muy similar al de otras jugadoras: errores no forzados e incapacidad para contrarrestarlos. El que la mejor vuelta del día haya sido de 67 golpes dice mucho de la dificultad que está entrañando Mission Hills para conseguir birdies, y ayer a Beatriz casi le cuesta pasar el corte.
Ni María Hernández ni Belén Mozo consiguieron llegar al fin de semana, por lo que España se queda con la mitad de representantes en el torneo. María hubiera necesitado una vuelta de uno sobre el par y finalizó con 76, mientras que Belén demostró que su primer día había sido sólo un espejismo (83 golpes) e hizo 71, uno por debajo del par del campo. Una verdadera lástima su comienzo en el torneo.
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