Ningún major se gana al final del primer día, pero es importante colocarse en una buena posición y sobre todo, no perder demasiados golpes respecto al líder. Amy Yang consiguió hacer ayer 66 impactos (seis bajo par) en la primera jornada del Kraft Nabisco Championship y se colocó primera en solitario con ocho birdies y dos bogeys (hoyos 4 y 14), dando a entender que la victoria requerirá un resultado muy bajo.
No es la primera vez que Yang se encuentra en una situación similar. Acumula nada menos que siete majors seguidos entre las veinte primeras y para ella liderar la tabla no es una novedad, sino lo que se podía esperar de la surcoreana. “Ha sido un gran día. Me sentí muy bien, todo ha funcionado bien, especialmente el putter”, declaraba al final de su vuelta. “Tuve un par de golpes que se fueron a los árboles y fue difícil jugarlos, pero emboqué buenos putts para par y para birdie”.
Yang es la referencia, pero la número uno se encuentra al acecho. Yani Tseng terminó con cuatro golpes bajo el par, firmando seis birdies y dos bogeys (hoyos 8 y 15) y mostrándose algo enfadada por cómo se había desarrollado su vuelta. “Estoy decepcionada porque no he pegado demasiados golpes buenos y no me he dejado muchas oportunidades de birdie”, dijo Tseng. “No he estado fina con el control de las distancias en los tiros a green, y no pude tener muchas oportunidades de birdie”. Nada más terminar su vuelta se retiró a practicar, aunque ha bastado un día de competición para reafirmar que es la máxima favorita para la victoria.
El rough del Dinah Shore Tournament Course no está tan alto como en otros años, pero sigue penalizando mucho a las golfistas; si juegan desde la calle cuentan con mayores oportunidades de acercarse a la bandera y, sobre todo, evitar los bogeys. Los greenes, a su vez, están algo más receptivos que otros años y de ahí los problemas que ha tenido Tseng para controlar la distancia y el bote de su bola. La clave para ganar en Mission Hills es la consistencia, como señalaba la número uno sobre el juego de Amy Yang: “Tienes que jugar bien para ganarla. No puedes esperar a que ella falle, siempre va muy recta y pega a la bola con un pequeño draw, por lo que cuando falla no lo hará por mucho. Hay que esforzarse para ganarla”.
Entre ambas jugadoras, y con un resultado de cinco bajo par, se encuentra Lindsey Wright, que después de combatir la depresión y la ansiedad causadas por la exigencia del circuito parece haber encontrado el equilibrio y la tranquilidad necesarios para que su juego se libere en el campo. El pasado septiembre decidió tomarse un descanso y esta temporada es otra jugadora, o al menos una mucho más parecida a la que ella quiere ser. “Creo que estaba siendo absorbida por el golf y la vida que llevaba. Quería hacer algo distinto y por eso me tomé cuatro meses de descanso”, declaraba ayer. “Ha supuesto un impacto enorme en mi juego esta temporada”.
Y así ha sido. La australiana ya consiguió la victoria este año en el ISPS Handa New Zealand Women’s Open (perteneciente al Ladies European Tour) a mediados de febrero, su primera victoria en ocho años, y aunque el triunfo en el primer major del año se antoja un reto de mayores dimensiones, ayer sólo cometió un bogey en el hoyo 16.
Algunas de las mejores jugadoras del mundo no empezaron tan fuerte. Na Yeon Choi y Suzann Pettersen (números dos y tres del mundo, respectivamente) finalizaron sus vueltas con el par del campo debido a tres bogeys en sus tarjetas que frenaron su progresión. Por su parte, Ai Miyazato y Cristie Kerr consiguieron ganarle un golpe al campo y se encuentran a cinco golpes de Yang y tres de Tseng, de nuevo la principal referencia.
Las españolas corrieron suertes dispares. Beatriz Recari firmó una vuelta de par que, de no ser por tres errores casi consecutivos (14, 15 y 17) podía haber sido mejor. Los resultados indican que evitar los bogeys en el campo está resultando fundamental, tanto como compensarlos con birdies. En sus propios palabras, le está pegando a la bola “mejor que nunca”, y se muestra “muy confiada”, por lo que puede ser una gran semana para la navarra. Azahara Muñoz terminó con un golpe por encima del par, con bogeys en los hoyos 6, 9, 12 y 15, que se está mostrando como uno de los más difíciles del campo. Su caso e intenciones son muy similares a las de Recari, creándose oportunidades de birdie y esperando convertirlas, hoyo a hoyo y «golpe a golpe».
María Hernández sólo pudo conseguir un birdie en el hoyo 5 y terminó con una vuelta de tres sobre el par. A pesar de los cuatro bogeys hizo una vuelta bastante regular y tendrá que luchar el viernes por pasar el corte, que no le quedará muy lejos. Todo lo contrario le ocurrió a Belen Mozo, que tuvo un día aciago desde el primer golpe y comenzó con un triple bogey. No le salió bien nada y finalizó con once sobre el par.
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